Cuando se estrecha la mano suave y firme del doctor Valentín Fuster (Barcelona, 1943), que tantas vidas ha salvado devolviendo el pulso a los corazones dañados, investigando en las causas de la enfermedad y el deceso, se entiende ese concepto de heroísmo civil y la necesidad de premiarlo.
TEXTO: ANGEL MARTOS
El director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y del Instituto Cardiovascular del Hospital Mount Sinai de Nueva York despliega su saber y tenacidad a ambos lados del atlántico sin perder, en esa labor de titán, el trato directo con los pacientes. «Ayer atendí a 17», comenta con el orgullo de quien no ha perdido la brújula entre tantos laureles. Responsable de avances de gigante en la determinación de las causas del infarto de miocardio, pionero en la utilización de la aspirina para prevenir la enfermedad cardiovascular y de la polipíldora para tratarla, entre otros muchos logros, ha recibido el premio «Toda una Vida Profesional José Manuel Martínez Martínez» de Fundación MAPFRE. Vuelta la vista atrás, asegura que si empezara de nuevo, sería el cerebro su objeto de estudio y desvelo. Porque está en nuestras necesidades y deseos, en las decisiones y los hábitos, el secreto de una vida saludable.
¿Recuerda la primera vez que vio un corazón latiente?
Sí, eran corazones en autopsia, cuando estudiábamos primero o segundo año de carrera, y después hemos visto órganos vivientes directamente en quirófanos, o indirectamente a través de tecnología de imagen.
¿Lo ha tenido en la mano alguna vez? ¿Qué sensación le transmite?
Es difícil de explicar, porque cuando se tiene el corazón en la mano, como lo hemos tenido sobre todo los cirujanos y necesitas cambiar cosas o modificarlo quirúrgicamente, se está pensando en los aspectos más mecánicos. La percepción y el entendimiento más profundo del corazón se adquieren viéndolo desde fuera.
¿El corazón todavía guarda secretos para usted?
Es una máquina en movimiento continuo que no necesita como los aviones repararse cada tres o cuatro semanas. Es un misterio y un milagro.
Hablar de milagros y de investigación parece una contradicción.
Es una cuestión difícil de contestar. La investigación y la creatividad son extremadamente importantes para alcanzar lo que todavía desconocemos, pero tenemos que tener en cuenta que estamos muy lejos de saber todo lo que necesitamos. Y ciertamente, en cuanto al corazón, es muy difícil de entender cómo unas válvulas se abren y se cierran cada segundo, durante 50, 60, 70 años, sin deteriorarse… A menos que nosotros contribuyamos.
El suceso más popular en relación a su especialidad es el ataque al corazón, que se vive en la propia expresión como una sorpresa, un imprevisto.
Esta es una enfermedad de las arterias coronarias que da lugar al infarto de miocardio. Empieza hacia los 15 o 20 años de edad, por una serie de factores de riesgo. Dos terceras partes de la población cuando llegan a los 50 años tienen ya la enfermedad. Con lo que los infartos son imprevistos desde un punto de vista superficial… Los humanos tendemos a creernos invulnerables y a pensar que todo lo que ocurre sucede de repente. Pero es porque no hemos querido prevenirlo.
El premio de Fundación MAPFRE se le otorga precisamente por el desarrollo de su actividad investigadora pero también por los beneficios derivados de la misma en la prevención y el tratamiento de la enfermedad cardiovascular.
Yo he tenido tres fases en mi vida profesional. Las dos primeras fueron muy dedicadas a la investigación de la enfermedad, concretamente del infarto de miocardio. Pero llega un momento en que uno se da cuenta de la raíz del problema: la sociedad en que vivimos, un mundo además en el que la economía y la financiación son tan importantes. Tratar la enfermedad es carísimo y prevenirla lo es mucho menos, por eso hay que ir cada vez a etapas mucho más tempranas.
Se podría decir que hemos ganado la batalla de la ciencia pero perdido la de la cultura, ¿no?
Sí, la ciencia va muy retrasada con respecto a la actitud humana. Si a usted le pregunto por el tabaquismo, la hipertensión arterial, el colesterol elevado, la falta de ejercicio, sabe muy bien que son factores de riesgo, pero desgraciadamente la sociedad no se activa con esto.
¿Qué se puede hacer?
Trabajo con Sesame Street (el programa de televisión infantil que en España se conoce como Barrio Sésamo) desde hace muchos años, y tienen datos muy importantes sobre que nuestra conducta como adultos depende del ambiente que vivimos entre los 3 y los 6 años. Hemos entrado en esas edades con trabajos de mucho impulso, 70 horas durante las que se enseña a estos niños lo que es la salud, cómo funciona el cuerpo, el tema de la nutrición, el ejercicio físico y cómo controlar las emociones. Los preparamos para que más tarde sepan decir que no cuando se les presenta el alcohol, el tabaco, etc. Ahora estamos trabajando con 50.000 niños en cuatro países del mundo. Y los resultados a 10 años de seguimiento son espectaculares. También tenemos programas con adultos… pero nosotros no cambiamos. El niño sí escucha, los adultos no.
¡Que pocas esperanzas nos da a los mayores!
Bueno, estamos hablando de una epidemia, de la causa de mortalidad número uno en el mundo que es el accidente cerebrovascular y cardíaco… Hay esperanza a un nivel muy distinto al que cree la gente: los proyectos que hemos llevado con adultos han tenido éxito cuando se implica a la comunidad. Un sistema parecido a Alcohólicos Anónimos pero con temas de salud, en el que unos se ayudan a otros para trabajar la obesidad, el tabaquismo, la presión arterial… La comunidad es muy motivante.
¿Cómo se construyen esos grupos de «enfermos anónimos»?
Un estudio que tenemos se ha hecho en siete comunidades en España, donde a través de los ayuntamientos hemos juntado a personas con factores de riesgo en grupos de 10, en encuentros mensuales, y ha sido un éxito absoluto. Esto demuestra que el individuo, trabajando con otros individuos, si es por presión o lo que sea, funciona muchísimo mejor.
En España hay un grupo de científicos de gran talento, que se puede equiparar a los mejores del mundo. Si queremos que este mundo cambie, empecemos por acudir a la gente joven
¿Ha cambiado usted algún hábito propio?
Yo, francamente, he estado muy motivado desde edades muy tempranas.
¿Qué opina de las políticas públicas que penalizan los alimentos menos saludables, como el azúcar refinado?
La semana pasada presentamos en Washington un estudio que se plantea cómo nos aproximamos a la sociedad para iniciar un cambio. ¿Lo hacemos a nivel individual o a nivel comunitario? ¿Lo hacemos con reglas? Estoy convencido de esto último. Basta mirar la historia del tabaquismo… Si uno quiere parar esta epidemia, ha de obligar a la empresa alimenticia a disminuir la sal, el azúcar, las grasas. Las compañías de seguros, por ejemplo, ya están empezando a poner tasas importantes en relación a los factores de riesgo. Se va hacia ahí.
Un premio a toda una vida invita a reflexionar. Si tuviera que subrayar algo que ha aprendido, ¿qué sería?
Creo que no estamos mostrando suficiente énfasis en el tremendo papel que puede tener la gente joven si sabemos motivarlos. Cuántos padres me han pedido que hable con sus hijos o hijas porque son pasivos, no están motivados. En cada uno de los seis proyectos que desarrollamos en todo el mundo hay unas 20 personas involucradas. Son individuos con menos de 30 años, y muchos de ellos, personas que la sociedad decía que eran pasivos. Si queremos que este mundo cambie, empecemos por acudir a la gente joven. Ellos son los que pueden llevarnos a un futuro más prometedor que simplemente el pensar en nosotros mismos y en la sociedad en que estamos viviendo.
¿Hace falta en España más reconocimientos a la ciencia?
En España hay un grupo de científicos de gran talento, que se puede equiparar a los mejores del mundo. Mi opinión es que a estos individuos, hombres y mujeres, se les tendría que dar mucha ayuda. Yo soy de los que creo que es mejor dar mucho a pocos que poco a muchos. Es algo que tenemos que aprender de los EE.UU.
JURADO
PRESIDENTE
Antonio Núñez Tovar
VOCALES
Rafael Márquez Osorio, Consejero de MAPFRE y patrono de Fundación MAPFRE, Montserrat Guillén i Estany, Catedrática de la Universidad de Barcelona. Patrona de Fundación MAPFRE, Su Majestad la Reina Doña Sofía, Premiado en 2015, Rebeca Grynspan Secretaria General de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB,) Bieito Rubido, Director del Diario ABC
VOCAL SECRETARIO
Julio Domingo Souto