TEXTO: ANA SOJO
Conservadora del Museo del Seguro de Fundación MAPFRE
A lo largo de la historia ha habido diferentes maneras de conseguir efectivos para alimentar con tropas los ejércitos. Esclavos, mercenarios, señores que acudían con sus mesnadas a la llamada de su rey, etc.
El reclutamiento para el servicio militar se nutría de efectivos provenientes de distintos sistemas forzosos de leva. Las quintas, que dan su nombre a la modalidad de seguro que estamos comentando, consistían en elegir a uno de cada cinco hombres en edad de servir en el ejército para hacer el servicio militar.
La constitución de Cádiz de 1812 estableció el servicio militar obligatorio para los hombres. Las sucesivas leyes y reglamentos sobre las quintas promulgadas a lo largo del siglo XIX contemplaban además dos modalidades para eludir el servicio: la redención mediante el pago en metálico y la sustitución por otra persona. La sustitución también precisaba de capital para pagar a la persona sustituta. En ambos casos el precio era tan alto que solo estaba al alcance de las familias más adineradas.
- La Mundial ‘quintas’ insurance policy. Insurance Museum. Fundación MAPFRE
- Sociedad de Seguros document for military service replacement. Insurance Museum. Fundación MAPFRE
La sustitución y la redención supusieron un sistema socialmente injusto en el que los más pudientes contaban con los medios necesarios para evitar el servicio mientras que los humildes cumplían forzosamente, con el consiguiente quebranto que suponía su ausencia en edad productiva para las economías de las familias. Otra consecuencia que sufrieron los más necesitados fue el endeudamiento de las familias que caían en manos de la usura y tenían que soportar intereses desproporcionados al tratar de conseguir el capital necesario para redimir el servicio militar mediante el pago en metálico o para pagar a un sustituto.
Recordemos que el servicio militar obligatorio tenía una duración de entre tres y ocho años (según en qué época), que la mortalidad durante el servicio era bastante alta y que privaba a las familias de la mano de obra tan necesaria para el trabajo agrícola en una economía mayoritariamente rural con modestos excedentes productivos. La población española estaba por debajo de los 19 millones de habitantes (según fuentes del Instituto Nacional de Estadística) y en 1900 la esperanza de vida al nacer estaba por debajo de los 50 años.
No es de extrañar que en este escenario surgieran un gran número de compañías aseguradoras dedicadas (algunas exclusivamente) a la contratación de seguros de quintas, semejantes a los seguros de vida-ahorro actuales, cuyo objetivo no era otro que constituir el capital necesario para el pago de la redención o el pago de la sustitución.
El descontento social generado por el sistema de redención y sustitución tuvo su máxima expresión en los graves tumultos del puerto de Barcelona en 1909 y fue uno de los detonantes de la semana trágica, la llamada a las de 14.000 reservistas ya licenciados que nuevamente tenían que abandonar sus hogares y partir a la guerra de África, mientras que los que habían redimido el servicio continuaban con sus vidas. Otras ciudades como Zaragoza y Madrid se hicieron eco de los disturbios en sus principales estaciones de ferrocarril.
La Ley de Reclutamiento y Reemplazo del Ejercito de 1912 acabó con los sistemas de redención y sustitución y en consecuencia extinguió el ramo de seguro de quintas llevándose por delante aquellas compañías cuyo negocio no estaba suficientemente diversificado.
Información práctica del Museo del Seguro
Ubicado en Madrid, en Bárbara de Braganza, 14, cuenta con 600 piezas expuestas y un total de 1.300 conservadas en los fondos de la institución. Además, todas ellas se encuentran disponibles en la versión virtual del museo en www.museovirtualdelseguro.com.
Disponemos de visitas guiadas gratuitas para grupos previa petición en el teléfono: +34 916 025 221.