As doenças cardiovasculares, definidas pela OMS como um grupo de distúrbios do coração e dos vasos sanguíneos, são a principal causa de morte por doença em todo o mundo. Não importa onde você mora, a qual sociedade você pertence, o coração que nos move também é o primeiro a parar nossas vidas. Um risco que, além de tudo, aumentou para as mulheres. Diante da celebração do Dia Mundial do Coração, em 29 de setembro, abordamos essa questão com o objetivo de aumentar a conscientização sobre a importância da prevenção./strong>
TEXTO: ÁNGEL MARTOS IMÁGENES: ISTOCK
Existem dados e fatos que confirmam que a crença popular de que são os homens os que mais sofrem e morrem devido às Doenças Cardiovasculares (DCV) é falsa. Os números de mortalidade por DCV indicam que ela afeta 52% das mulheres europeias, em comparação com 42% dos europeus: 10 pontos de diferença, mas também os fatos concretos nos lembram que devemos mudar o imaginário coletivo. Em dezembro de 2016, a atriz Carrie Fisher morreu devido a um infarto em um avião. A mítica Princesa Leia de Guerra nas Estrelas, que conquistou um lugar em nossos corações a bordo de uma espaçonave, morreu precisamente durante um voo transoceânico aos 60 anos de idade. Gostamos de pensar que suas últimas palavras para a posteridade teriam sido, como nos filmes da saga galáctica, “que a força esteja com você”, embora, no caso dela, tenha sido sua pobre saúde cardiovascular que venceu a batalha.
Segundo estatísticas da Organização Mundial da Saúde (OMS) de 2016, as últimas atualizadas, são precisamente a cardiopatia isquêmica e o acidente vascular cerebral as principais causas de mortalidade no mundo: «Causaram 15,2 milhões de mortes e foram as principais causas de mortalidade nos últimos 15 anos». Das 56,4 milhões de mortes registradas no mundo naquele ano, 26,9% têm a ver com uma DCV. Mesmo sendo apenas para fins estatísticos, tanto a Princesa Leia quanto qualquer um de nós temos cédulas demais para sofrer uma doença cardiovascular fatal durante nossas vidas. E não é um acontecimento imprevisto, mas um processo ao qual chegamos em grande parte por nossa própria decisão, pela adoção e prática de hábitos não saudáveis, sustentados ao longo do tempo.
As DCVs são evitáveis?
Segundo o grandioso cardiologista Valentín Fuster, que entre tantos outros méritos é também o ganhador do Prêmio Fundación MAPFRE Por Toda uma Vida Profissional, o infarto do miocárdio começa a se manifestar «na faixa dos 15 aos 20 anos de idade, devido a uma série de fatores de risco. Dois terços da população já têm a doença quando atingem os 50 anos de idade. Os ataques cardíacos são imprevisíveis do ponto de vista superficial…», explica o médico e pesquisador espanhol. «Os humanos tendem a acreditar que somos invulneráveis e a pensar que tudo acontece de repente. Mas é porque não quisemos preveni-lo». De acordo com a OMS, a maioria das DCV podem ser evitadas atuando sobre os fatores de risco «comportamentais», como o consumo de tabaco, as dietas pouco saudáveis e a obesidade, o sedentarismo ou o consumo prejudicial de álcool, «usando estratégias que abranjam toda a população».
Essa abordagem do problema também tem seu argumento econômico: é muito mais caro tratar a doença do que preveni-la com estratégias educacionais em idades cada vez menores. As doenças cardiovasculares custam à Europa 196.000 milhões de euros. 54% desse valor é usado nas despesas com saúde e 24% é devido à perda de produtividade. Por último, 22% são usados em cuidados informais.
Cada vez más estudios confirman que nuestra conducta como adultos depende del ambiente que vivimos entre los 3 y los 6 años. Por eso, investigadores como Fuster, responsable de la unidad de cardiología del hospital neoyorquino Mount Sinai, han focalizado en esa franja de edad sus esfuerzos a largo plazo. En su caso, colaborando con el programa infantil, que se emite en todo el mundo, Barrio Sésamo. «Hemos entrado en esas edades con trabajos de mucho impulso, 70 horas durante las que se enseña a estos niños lo que es la salud, cómo funciona el cuerpo, el tema de la nutrición, el ejercicio físico y cómo controlar las emociones», explica. «Los preparamos para que más tarde sepan decir “no” cuando se les presenta el alcohol, el tabaco… Y los resultados a 10 años de seguimiento son espectaculares».
Pero ¿y los adultos? ¿Hay esperanza para cualquiera de nosotros? «A un nivel muy distinto al que cree la gente», subraya Fuster. «Los proyectos que hemos llevado con adultos han tenido éxito cuando se implica a la comunidad. Un sistema parecido al de Alcohólicos Anónimos, pero con temas de salud, en el que unos se ayudan a otros para trabajar la obesidad, el tabaquismo, la presión arterial… La comunidad es muy motivante».
La feminización de la enfermedad cardiovascular
Las estadísticas señalan que una de cada cinco mujeres fallece en Europa a causa de enfermedades isquémicas del corazón. Lejos del tópico, la enfermedad cardiovascular se ha feminizado a lo largo de las décadas, por la incorporación histórica de la mujer a esos malos hábitos. Podríamos decir que en su muerte, la princesa Leia no estaba sola. Le acompañan muchas otras miles de féminas, 43.000 españolas, por ejemplo, en datos de 2012. Este vuelco estadístico en perjuicio de las mujeres no está causado en exclusiva por la adopción de malos hábitos. Como explica el doctor Fuster, «una de las claves de estas altas cifras es la diferencia que seguimos observando entre ambos géneros en relación al tiempo que se tarda en llegar al hospital cuando, desgraciadamente, se sufre un evento cardiovascular. Mientras que los hombres están más concienciados para buscar atención médica al notar los síntomas del infarto, a las mujeres les cuesta dar este paso y tienden más a aguantar o no reconocen los síntomas».
Las estadísticas señalan que una de cada cinco mujeres fallece en Europa a causa de enfermedades isquémicas del corazón
Una falta de reconocimiento tan extendida que en ocasiones puede alcanzar al personal sanitario. La denuncia la hacía, en forma de ficción, una serie tan popular como Anatomía de Grey. El culebrón hospitalario con sede en la ciudad norteamericana de Seattle acostumbra a introducir en sus tramas conflictos relacionados con el acceso ciudadano a la sanidadn (tan problemático en EEUU) y cada vez ha centrado más la mirada en la mujer. En uno de los episodios de su última temporada, el personaje de la cirujana Miranda Bailey detecta durante un atasco que está empezando a sufrir un ataque al corazón. El capítulo es una biblia sobre la necesidad de que las mujeres conozcan los síntomas, más esquivos en ocasiones que en el caso de los varones. Harina de otro costal es el hecho de que el médico que trata a Miranda no sepa identificar que lo que está sufriendo ella es un infarto de miocardio y no fruto de las imaginaciones de una mujer estresada.
Mujeres por el corazón
Conscientes de esta necesidad, la Comunidad de Madrid, Fundación MAPFRE, la Fundación Española del Corazón y la Fundación Pro Cnic han puesto en marcha Mujeres por el Corazón. Es un programa de ayuda y concienciación, para que las mujeres eviten los malos hábitos que llevan a estos accidentes cardiovasculares y reconozcan los síntomas cuando se producen. Una mujer no tiene por qué experimentar las mismas señales que un hombre cuando sufre un ataque al corazón. De hecho, a menudo se viven síntomas atípicos y de forma tardía, lo que dificulta el diagnóstico y eleva el riesgo de muerte.
En el programa han participado además personalidades públicas como Mónica Naranjo, Ruth Beitia o Ana Rosa Quintana. La cantante asegura que las mujeres «somos vulnerables ante el infarto: muchas veces ignoramos las señales de alarma y esto hace que multipliquen el daño a nuestro corazón». Una idea en la que abunda la presentadora de televisión, cuando afirma que: «Aunque lo parezca, no somos supermujeres. Tu misión más importante es salvar tu vida sabiendo interpretar los síntomas».
¿Y cuáles son estas señales de alerta?
- Presión incómoda en el pecho, sensación de dolor en el centro del pecho que puede durar unos minutos, o bien desaparecer y volver a aparecer.
- Dolor en uno o ambos brazos, en la espalda, el cuello, mandíbula o estómago.
- Falta de aire, acompañada o no de dolor en el pecho.
- Otros signos como sudor frío, náuseas o mareo.
- Al igual que en los hombres, el síntoma de infarto más común entre las mujeres es el dolor de pecho o malestar. La diferencia es que, en el caso de las mujeres, existe mayor tendencia a experimentar otros de los síntomas comunes, en particular falta de aire, náuseas, vómitos y dolor de espalda o mandíbula.
El día mundial del corazón
Mujeres por el Corazón tiene durante el mes de septiembre una gran actividad, ligada a la celebración el 29 del día mundial del corazón. Durante esa semana, en un gran número de países, de Brasil a Panamá, Colombia, República Dominicana o España, se desarrollan actividades para concienciar sobre la prevención. En el país carioca, por ejemplo, se realizarán chequeos médicos en colaboración con la sanidad local y durante la carrera femenina Venus. En Panamá se desarrollarán actividades en colaboración con el Ministerio de Salud Panameño en hospitales, centros de salud, estaciones de metro y centros comerciales. En Colombia se llevarán a cabo actividades en empresas y centros comerciales y en República Dominicana se desarrollan charlas de sensibilización en Universidades.
En España, Fundación MAPFRE participa e impulsa la Carrera del Corazón. Pero antes de correr, quizás sea buena idea realizar el test de Mujeres por el Corazón (https:// www.mujeresporelcorazon. org/conocete-corazon/testvalorar- riesgo-cardiovascular) y determinar el nivel de riesgo. Porque no hay mejor política preventiva que el conocimiento. Para que la fuerza te acompañe, siempre.