Fundación EHAS. Programa Embarazo Saludable
TEXTO: CRISTINA BISBAL IMÁGENES: JESÚS ANTÓN
La fundación EHAS nació en la Universidad Politécnica de Madrid, en concreto, en la Escuela de Ingeniería de Telecomunicaciones. Desde allí se dedican a utilizar las Tecnologías de la Información y la Comunicación para mejorar la atención de salud en zonas rurales de países en desarrollo. Fundación MAPFRE ha querido premiar uno de sus proyectos, Embarazo Saludable en Guatemala. A lo largo de los últimos cinco años han sido atendidas más de 16.000 mujeres. Y ha sido todo un triunfo que se traduce en estos porcentajes: se ha reducido en casi un 40% la mortalidad neonatal y en un 35% la materna en las zonas de intervención, esto es, los departamentos guatemaltecos de Alta Verapaz y San Marcos. Para saber más sobre la fundación y sobre el proyecto hemos hablado largo y tendido con su director, Ignacio Prieto.
¿En qué consiste su trabajo en Madrid?
Desarrollamos redes, diseños de ingeniería… y a continuación viajamos a países como Guatemala o Perú e implementamos proyectos piloto para poner en marcha nuestras soluciones, tratar de medir su impacto y aprender de los errores que hayamos podido cometer.
El premio que han recibido es por el programa Embarazo Saludable en Guatemala. ¿Por qué embarazos?
Porque según la Organización Mundial de la Salud, cada día mueren en el mundo unas 830 mujeres y más de 7.000 recién nacidos por complicaciones relacionadas con el embarazo o el parto. La mayoría por causas prevenibles, fácilmente identificables con los medios que tenemos en el primer mundo pero de los que carecen en entornos rurales, como una ecografía o unos análisis de sangre. Hemos desarrollado un sistema que permite llevar esas herramientas a las zonas donde las mujeres no tienen esos medios. De este modo nos permite identificar los embarazos que cuentan con algún tipo de riesgo para que puedan ser prevenidos, llevados al hospital y tratados de forma adecuada sin que corra riesgo la vida del bebé o de la madre.
Ese sistema es un kit. ¿En qué consiste?
Es una mochila que lleva un ordenador portátil, un kit que se conecta al portátil para hacer la ecografía, y que complementamos con un panel solar y una batería para que tenga energía durante varios días, porque en estas zonas no hay electricidad; y con tiras rápidas de sangre y orina para hacer pruebas de VIH, sífilis, anemia… De modo que se hace un análisis similar a lo que se hace en el primer mundo. De este modo, las mujeres embarazadas tienen acceso a un control prenatal de calidad. Hasta ahora solo tenían acceso a algunas enfermeras que visitaban sus comunidades y que apenas podían hacer alguna palpación o auscultación.
¿Por qué Guatemala?
En un viaje a este país de Andrés, nuestro anterior director, contactó con una ONG local que tiene una filosofía parecida a la nuestra (tecnología aplicada a la salud), de ahí surgieron sinergias, nos hablaron de la situación de las mujeres y comenzamos a colaborar. Nosotros trabajamos allí donde encontramos socios locales con quienes poder desarrollar nuestros proyectos.
Pero no solo se dota de estos equipos, también se da formación a enfermeras, ¿no es así?
No se trata solo de poner un cacharrito allí, sino de formar a las enfermeras para que sean capaces de identificar los riesgos y darles las herramientas para hacerlo. Además, el sistema de ecografías recoge la información para que después un especialista desde la zona urbana o incluso España, pueda llevar un seguimiento.
Este premio significa mucho para ustedes, imagino.
Para empezar, supone una oportunidad de darnos a conocer y llegar a más mujeres. Y, para seguir, un reconocimiento y una alegría porque consideramos que hay mucho trabajo por parte de todos los implicados. Pero además consideramos que nuestros resultados deben ser difundidos para que otras organizaciones puedan copiarnos y se puedan replicar este proyecto.
¿Qué es lo más gratificante de este trabajo?
Viajar a las comunidades y hablar con las personas que están allí implicadas. Tanto las enfermeras como las embarazadas. Las primeras están muy motivadas y las segundas se sienten muy agradecidas por contar con una ecografía de su bebé. Que en el fondo es un derecho que tienen pero que por desgracia no se está garantizando.
¿Ha viajado usted recientemente?
La última vez que hemos estado ha sido en marzo y sí, es muy emocionante. Los testimonios de las enfermeras son muy potentes. Muchas son personas mayores que nunca habían cogido un ordenador ni un ecógrafo y que al principio no lo veían claro. Pero con el tiempo, según ha avanzado el proyecto, son las primeras que se implican y nos piden más mochilas para otras comunidades y quieren saber más. Conocer los testimonios de esas enfermeras es muy emocionante.