Organización de Bomberos Americanos (OBA)
TEXTO: CRISTINA BISBAL IMÁGENES: JESÚS ANTÓN
Carlos Alberto Ferlise, presidente de OBA (Organización de Bomberos Americanos), y Martín Cucalón, Secretario General de la misma organización, son bomberos. Pero ante todo, son unos enamorados de su profesión, que ponen en práctica cada día en sus respectivos países, Argentina y Ecuador. Y también allí donde les necesiten dentro del continente americano. En eso consiste la organización en la que colaboran (todos ellos son voluntarios excepto el personal administrativo) y en representación de la cual acudieron a Madrid con el objetivo de recoger el premio que Fundación MAPFRE les ha otorgado a la Mejor Iniciativa en Prevención de Accidentes. Formada por más de un millón de bomberos profesionales, la mayoría voluntarios, esta asociación cubre las necesidades del 65% de la región. Lo hace desde hace casi doce años, los que lleva trabajando y a lo largo de los cuales ha crecido de manera sorprendente.
¿Qué significa para ustedes este premio?
Desde luego, una enorme alegría. Pero lo primero que queremos decir es que nosotros hemos venido en representación de los millones de bomberos que tiene nuestro continente. A todos ellos y ellas este premio les va a motivar a seguir trabajando. Este premio es para los bomberos y bomberas que trabajan los 365 días del año sin fiestas, Navidad, ni Año Nuevo. Pero es algo que hacemos con gusto porque es nuestra pasión. Generalmente comenzamos siendo muy jóvenes, casi en nuestra adolescencia. Y si bien nuestra profesión va acompañada del dolor ajeno, a través de nuestra profesión tratamos de que las ciudades sean más seguras y tratamos de proteger la ecología.
¿Qué es lo más gratificante de su trabajo?
Lo más emocionante es cuando sales de una emergencia y ves que tu gente ha hecho una buena actuación gracias a la capacitación y el equipamiento que se ha logrado. Terminar una emergencia de cualquier tipo en la que hemos trabajado bomberos de varios países, te deja tranquilo y satisfecho de lo que has logrado gracias a esta unión que tenemos entre los bomberos de América. OBA ha facilitado muchas donaciones de países con más recursos en cuanto a capacitación y equipamiento.
¿En qué consiste esa colaboración? Especifíqueme un ejemplo.
Por ejemplo, si hay una emergencia de incendio forestal en Argentina, tenemos línea directa con bomberos de otros países para pedirles ayuda y para ofrecérsela.
Entiendo que una de las claves es la colaboración entre los distintos países…
Correcto. La idea es no tener fronteras. Si necesitas un instructor en investigación de incendios, sencillamente alzas el teléfono, llamas a cualquier país donde lo tienen, lo pides y te lo envían.
Pero no solo se forma en la actuación, sino también en la prevención. Eso es realmente importante.
En efecto. La prevención es la mejor manera de reducir los riesgos. Sin prevención, no avanzamos en la reducción de riesgos. Y es necesario comenzar a educar desde la infancia. Tenemos muchas campañas en las que nos ayuda Fundación MAPFRE. Por ejemplo, en Ecuador hemos llegado hasta 150.000 niños y les hemos enseñado cómo prevenir emergencias y cómo actuar en caso de que la haya. La mortalidad infantil en América Latina por tema de incendios es realmente alta.
¿Qué más es reseñable de este trabajo en distintos países?
La estandarización en protocolo y capacitación. Y la eliminación de fronteras con sus respectivas burocracias. A menudo son un verdadero problema porque no se puede entrar en un país a pesar de que haya una emergencia. Tenemos un acuerdo para saltarnos los permisos, que a menudo retrasan hasta un día el envío o la recepción de ayudas.
Creo que la academia virtual con la que cuentan es muy interesante.
El resultado ha sido sorprendente. No lo esperábamos. Numerosos países han llegado a los 8.000 inscritos que han acabado su formación. Y creemos que esto debe seguir porque ellos están ávidos de capacitación.
Y siempre hay cosas que aprender…
En efecto, porque los incendios de ahora no son como los de hace 50 o 60 años. Con la tecnología, todo ha cambiado, también los desastres. Los materiales de ahora pueden generar gases tóxicos, por ejemplo. También están los carros eléctricos, que tienen una tecnología diferente, de modo que hay que aprender a hacer un rescate vehicular sin riesgo de electrocutarse… Y así sucede con los ascensores, etc. Nunca paramos de capacitarnos y especializarnos para, además de proteger a los ciudadanos, protegernos a nosotros mismos.
¿Cuál es el futuro de OBA?
Va a continuar creciendo. Cada vez son más los cuerpos de bomberos que quieren sumarse, no solo como países, sino como organizaciones independientes. Y es estupendo porque tenemos mucho que hacer.