TEXTO: LAURA SÁNCHEZ IMÁGENES: ISTOCK

¿Tienes sal? Desconocidos que se convierten en vecinos

Sonia Alonso recuerda que cuando era niña su vecindario funcionaba como una gran red de ayuda espontánea. Si su madre tenía que salir de casa, había vecinos que la cuidaban y si faltaba sal para cocinar, nadie dudaba en llamar a la puerta de al lado para pedirla. En la calle todos se conocían. «Todo esto ya no es habitual —afirma Sonia—. Se está perdiendo la ayuda vecinal y el contacto con la gente que tienes más cerca».

A través de una amiga, Sonia descubrió que en Alemania funcionaba con éxito una herramienta online que ayudaba a tejer redes vecinales. Y no se lo pensó dos veces a la hora de desarrollarla en España. En 2018, primero en Madrid y luego en Barcelona, nacía la red «¿Tienes sal?». La idea era conectar vecinos para compartir recomendaciones, para pedir y hacer favores, para conocerse… hasta que con la llegada del coronavirus todo se redujo a un único objetivo: la ayuda y la protección mutua. Las interacciones se han duplicado en estos meses de pandemia dentro de la red, que ya cuenta con más de 6.000 usuarios. Vecinos se ofrecen para hacer la compra, llevar medicamentos, tirar la basura o pasear a los perros de las personas más vulnerables. Ha habido iniciativas musicales desde los balcones, juegos para niños y también muchos profesionales que no han dudado en ofrecer sus servicios de manera altruista: psicólogos, médicos, abogados… En «¿Tienes sal?» quieren crear ahora un teléfono de ayuda para personas mayores que quizá no suelen conectarse tanto a Internet. «Ahora estamos más convencidos que nunca de que los vecindarios fuertes y unidos actúan a pequeña escala y benefician a cada individuo. ¡Juntos somos más fuertes!», afirma Sonia. https://tienes-sal.es/

Adopta un maestro: la educación sí es un juego

Esta iniciativa surgió como un movimiento de profesores solidarios empeñados en dar apoyo y ofrecer recursos a los niños y a sus padres en tiempos de confinamiento. «Estábamos un poco cansados de leer noticias negativas sobre la cantidad de tareas que los estudiantes tenían que sacar adelante durante la cuarentena, así que nos pusimos a disposición de los niños para ayudarles en su día a día con contenidos educativos de sus cursos presentados de una manera más lúdica y creativa». Son palabras de Irene Alegría, maestra valenciana y artífice de la idea que ya ha conseguido entusiasmar a más de 300 profesores que ya forman parte de «Adopta un maestro», entre ellos, algunos de los top ten de la educación innovadora en España. Para adoptar un maestro basta con visitar la página web que han creado en Facebook o en Instagram usando el hashtag #AdoptaUnMaestro. Desde ahí, se puede acceder a todas las publicaciones que los profesores han ido volcando. «Esta crisis sanitaria se ha convertido en una oportunidad para repensar nuestra enseñanza y para reflexionar acerca de la importancia de la innovación en este ámbito —explica Irene Alegría—. Seguiremos en activo una vez que todo esto acabe porque este no es sino el comienzo que nos ha hecho arrancar. Los niños y sus familias nos podrán seguir adoptando. Queremos contagiar esta otra manera de formar». https://adoptaunmaestro.com/

Cocinar para otros: un libro para dar

A veces sobran las ganas de ayudar, pero faltan las ideas. Esto es lo que pensaron la periodista Paloma García Ovejero y la bloguera de cocina Susana Pérez (@webosfritos). Tienes tiempo y ganas de cocinar para personas que necesitan un plato de comida. Perfecto. Pero ¿qué preparas? ¿por dónde empiezas? Esto es precisamente lo que ofrece « Cocinar para otros: veinte recetas»: «es una especie de guía que pretende servir de ayuda en esas cocinas que quieran ponerse a trabajar y ofrecer un plato, caliente o frío, hecho con amor, con la seguridad de que ayudará y reconfortará a los más necesitados —explica Susana Pérez—. Muchos de ellos como tú y como yo, que no hay que irse a buscar situaciones marginales. Sea quien sea quien lo pase mal, un plato de comida casera siempre reconforta el estómago y da esperanza». Todas las recetas de este libro electrónico gratuito cumplen cuatro requisitos: tienen un presupuesto reducido; cubren las necesidades de hidratos, proteínas y verduras; son fácilmente transportables y se pueden hacer en grandes cantidades de una sola vez para luego recalentar en el táper, en caso de que fuera necesario. Las autoras del libro invitan a todas las personas que se lo descarguen a que pongan el precio que quieran a la publicación y que donen a Cáritas esa cantidad. https://online.flowpaper. com/7a47075b/ Cocinarparaotros/#page=1

Curriculum solidario: hacer que otros brillen

Gonzalo Rodríguez trabaja como director de arte en una agencia de publicidad de Madrid. La crisis del coronavirus le pasó factura laboral. De trabajar ocho horas pasó a tres. Con más tiempo libre, decidió darle una vuelta a su curriculum, «por si las moscas». «Entonces se lo comenté a mi novia y a mi amigo Javier García, que también trabajaba en publicidad, en Valencia: «Pasadme el vuestro y os lo hago también». Y entonces, cuando tras el primer impacto sanitario comenzaron a aflorar las primeras terribles cifras de pérdida de empleo que el coronavirus dejaba a su paso llegó la idea: «Nos planteamos que si al final todo el mundo estaba en esta situación tan triste y excepcional, si usamos las redes sociales, si tenemos amigos que se dedican al diseño… ¿por qué no montamos un grupo para diseñar currículos bonitos, apetecibles, para quienes hubieran perdido su empleo a causa de la pandemia?». Dicho y hecho. Así nació la iniciativa Curriculum solidario. Aunque el epicentro fue Madrid, Gonzalo y Javier no tardaron en encontrarse con peticiones procedentes de otras partes de España e, incluso, de Sudamérica. Ahora el equipo está integrado por 40 profesionales que atienden solicitudes de más de 100 países. https://www.instagram.com/cvsolidario/

Cuando la solidaridad es la leche

«Si conoces a alguien que necesite leche, hoy la estamos regalando». Con este mensaje en las redes sociales, Álvaro Ramón, ganadero y productor lácteo en la región amazónica de Ecuador, se convirtió en una gran ayuda para decenas de familias de la zona. La emergencia del coronavirus obligó a cerrar los centros locales de aprovisionamiento lácteo de la región de tal manera que Álvaro ya no podía vender su leche. «Me di cuenta de que se pondría mala y de que se trataba de un producto demasiado preciado para muchas personas como para permitirlo». Así pues, Álvaro Ramón obtuvo el documento de salvoconducto obligatorio para poder circular y conduce su camión para repartir 50 litros de leche a unas 20 familias de su comunidad.

En Ecuador, como en otros muchos países, las medidas de confinamiento han provocado la pérdida de ingresos y un acceso limitado a los alimentos o incluso al agua potable. Estas restricciones también han dificultado a los pequeños productores llegar a los mercados, provocando desabastecimiento en algunos pueblos y ciudades. Con su ruta diaria, Álvaro reparte leche de forma segura a familias de bajos ingresos, mujeres embarazadas y madres con niños pequeños. Información obtenida de https://news.un.org/es/ story/2020/06/1475252

Convidarte: el arte de colaborar

Barrio de La Recoleta. Buenos Aires. Argentina. Un matrimonio asomado a su balcón se pregunta con preocupación cómo van a sobrevivir las personas más vulnerables y sin hogar a la pandemia. Al día siguiente, comparten su preocupación con un amigo, un psiquiatra que trabaja como voluntario en uno de los barrios más pobres de la ciudad. Y se les ocurre una idea: cocinar comidas extras para que él las pueda acercar a los colectivos más vulnerables con los que tiene contacto. Muy pronto vecinos y conocidos se suman a la idea. Pasan de elaborar 60 comidas al día a 1.800. La gente cocina en sus casas mientras están en cuarentena y a los que no se les dan bien los fogones se encargan de distribuirlas. Así nace el movimiento Convidarte que hoy aglutina a una red de más de 4.000 voluntarios que diariamente distribuyen 6.800 comidas caseras a 30 refugios en Buenos Aires. Todo un ejemplo de que pasar de la preocupación a la acción es fácil. https://www.instagram.com/convidarte31 https://www.linkedin.com/company/convidarte/

Mascotas en tiempos de coronavirus

El Refugio es una prestigiosa organización madrileña que ayuda desde hace años a la recuperación de mascotas abandonadas. El coronavirus ha puesto a prueba su capacidad de responder a situaciones especialmente delicadas a través de dos iniciativas. En primer lugar, «Solo en casa»: muchos animales domésticos son la única compañía de muchas personas que han tenido que ser ingresadas en los hospitales quedando desamparadas hasta que el dueño recibe el alta médica. Una circunstancia especialmente angustiante para ambos. Los voluntarios de El Refugio se han encargado de buscar a estos animales «solos en casa» para acercarlos a la vivienda de un familiar o de una persona conocida del dueño. Si esta posibilidad no es viable o, incluso, desgraciadamente el dueño fallece, El Refugio acoge a estos animales para buscarles un nuevo dueño. Es aquí donde empieza la segunda iniciativa llamada «La vida sigue», que trata de encontrarles un nuevo hogar. «No es lo mismo un perro abandonado que una mascota que acaba de perder a su dueño —explica Nacho Paunero, presidente de El Refugio—. Hasta hace poco esta mascota tenía todo el amor y los cuidados de su dueño. Seguramente no tendrá desnutrición, ni carencia de afecto, ni agresividad, pero estará triste durante algún tiempo. Necesitarán mucho cariño». Teniendo en cuenta que el 40% de los hogares madrileños tiene un animal de compañía, no es de extrañar que en El Refugio hagan un gran llamamiento a la colaboración. https://elrefugio.org