«Lo único que hemos querido siempre las personas con discapacidad es ser uno más en la sociedad»

TEXTO: RAMÓN OLIVER FOTOGRAFÍA: ALBERTO CARRASCO

Desde 1939, el Grupo Social ONCE lleva luchando incansablemente por los derechos de las personas ciegas y con otros tipos de discapacidad. Su labor e influencia trasciende nuestras fronteras, convirtiendo a esta organización en un referente mundial de la inclusión, la igualdad, la diversidad, la solidaridad y la acción social. Un liderazgo que le ha valido el reconocimiento y la admiración de toda la sociedad, y que se ha visto refrendado este año con la concesión del Premio Fundación MAPFRE 2020 a la Mejor Entidad por su Trayectoria Social. Hemos hablado con su presidente, Miguel Carballedo, de la importante aportación del Grupo Social ONCE en la eliminación de barreras de todo tipo y para la conquista diaria de un trabajo digno y la independencia económica para millones de personas con discapacidad.

En 1939 la ONCE celebró su primer sorteo de su ya mítico cupón. ¿Cómo era la vida de una persona ciega por aquel entonces?
Tuvo que ser una época muy difícil. Hay que tener en cuenta que España acababa de salir de una guerra civil y cada uno salía adelante como podía. Para una persona ciega debió ser todavía más complejo. Aquellos valientes solo aspiraban a llevar un plato de comida a sus hogares. La ONCE les devolvió parte de lo que la guerra les había arrebatado y los puso de nuevo en circulación. Y salieron a la calle con un grito maravilloso: aquel «¡iguales!» ¡Ya entonces queríamos ser iguales! Que es lo que hemos querido siempre, ser uno más en la sociedad.

Las cosas han cambiado mucho desde entonces ¿Qué papel ha jugado la ONCE en esa transformación?
La sociedad española ha avanzado mucho desde aquel momento, y en esa evolución nosotros hemos tratado de dar ejemplo, viviendo de nuestro esfuerzo y siendo dueños de nuestro propio futuro. Y también le hemos pedido a la sociedad civil, que nunca nos falla, que entendiera lo que es ser una persona con discapacidad, y que es una discapacidad.

Acceso a un trabajo digno e independencia económica son dos de sus grandes objetivos. ¿En qué punto se encuentra España en esta reivindicación?
España se encuentra bastante bien en algunos aspectos, entre otras cosas, porque España es el país de la ONCE. Y aquella pequeña organización de ciegos muy pobres que trataban de abrirse camino en plena posguerra, hoy es el cuarto empleador no publico del país. Una de cada 279 personas que trabajan en España en la actualidad lo hace en el Grupo Social ONCE. Somos el primer empleador de personas con discapacidad en el mundo, y también creamos empleo (el 42 % de nuestros trabajadores) para personas sin discapacidad.

¿De qué logro se sienten más orgullosos?
De que absolutamente todo lo que hacemos, y hacemos muchas cosas, es posible gracias a la inmensa generosidad y solidaridad de la sociedad civil. Gracias a las personas que, a lo largo de nuestros 83 años de existencia, se acercan a alguno de nuestros 19.000 centinelas de la ilusión en las calles de ciudades y pueblos de toda España y comparten un rato con nuestros vendedores. Ese momento de ilusión diario es el que ha hecho posible que la ONCE exista y que podamos ayudar a tantas personas.

¿Qué asignaturas pendientes tenemos aún en materia de inclusión en España?
Aún quedan cosas por mejorar en materia de empleo. La ley establece un porcentaje de reserva legal de puestos de trabajo para personas con discapacidad en empresas de más de 50 trabajadores, pero, por desgracia, en muchas compañías no se está cumpliendo. Solo con que esas empresas cumplieran con lo establecido por la ley nuestra situación mejoraría sensiblemente. Hay muchas personas con discapacidad que ya han perdido la ilusión de poder llegar a tener un puesto de trabajo, y eso no es justo.

¿Cómo paliar esas deficiencias?
Las barreras mentales son las más complicadas de superar. Hay que seguir trabajando, especialmente en el campo de la educación, para que los niños de hoy, con y sin discapacidad, se puedan seguir educando juntos y sean protagonistas mañana de un mundo con igualdad de oportunidades.

¿El nivel de integración, inclusión y diversidad es indicativo del desarrollo de una sociedad?
Desde luego. Y, además, la sociedad cada vez exige más una responsabilidad social por parte de las empresas. Y también les pide cuentas a las administraciones. La sociedad quiere saber cómo se unen lo público y lo privado para evitar algunas situaciones de plena injusticia que se viven y que la afirmación de que «todos somos iguales ante la ley» no se quede en meras palabras.

La ONCE tiene una dimensión internacional. ¿En qué consiste su actividad fuera de España?
Tenemos proyectos de colaboración con los ciegos de prácticamente todos los países latinoamericanos en educación, en empleo y en muchos otros ámbitos. Al final, lo que estamos intentando en la ONCE es ayudar a crear, entre todos, un mundo mejor.