TEXTO: RAMÓN OLIVER IMÁGENES: LAURA MARTÍNEZ LOMBARDÍA

Para los jóvenes que han participado en una investigación realizada por Fundación MAPFRE la industria aseguradora realiza «una aportación valiosa a la sociedad y proporciona tranquilidad y estabilidad tanto a las personas como a las empresas». Sin embargo, estos valores no parecen ser suficientes para estimular su deseo de trabajar en este sector. El desconocimiento de las posibilidades laborales que ofrecen las compañías de seguros lastra la percepción como empleador de un sector que en realidad ofrece grandes oportunidades laborales para el talento joven.

Los seguros ocupan uno de los últimos lugares entre las preferencias de los jóvenes en cuanto a los sectores empresariales en los que les gustaría trabajar. Seis de cada diez jóvenes manifiesta abiertamente que no desean trabajar en la industria aseguradora. Es la demoledora conclusión del informe «Estudio sobre el employer branding del sector Seguros en España», elaborado por los investigadores especializados en el sector seguros Jorge Martínez Ramallo y Patricia Sánchez Ruiz, gracias a una beca de investigación concedida por Fundación MAPFRE. El informe, primer estudio sectorial de employer branding que se hace en España, ha pulsado la opinión de una muestra de 1.132 personas en situación cercana a su incorporación laboral.

Este trabajo evidencia una alarmante falta de atractivo del sector asegurador frente a otros como Tecnología, Comunicación y Marketing o Educación, que ocupan las tres primeras posiciones de este ranking de preferencias. El 57% de los encuestados piensa que los trabajos que se desarrollan en el sector seguros son repetitivos y poco variados. Más preocupante es, si cabe, el hecho de que el 50% de la muestra cree que las personas que trabajan en seguros lo hacen porque «es el trabajo que encontraron y no porque les guste el sector».

Con estos datos, parece difícil que la industria aseguradora pueda llegar a competir en cuanto a músculo de atracción con el brillo de los Google, Microsoft o Netflix. Pero los expertos piensan que, con unas políticas adecuadas de employer branding, sí debería aspirar a disputar la atención de los jóvenes frente a la banca, consultoría o auditoría, sectores que, sobre el papel, juegan en su misma liga —industrias tradicionales y poco digitalizadas— pero que, sin embargo, se encuentran bastante por encima en cuanto a su tirón entre el talento joven. Jorge Martínez Ramallo achaca estas diferencias a cuestiones de imagen. «En volúmenes de contratación, por ejemplo, seguros está hoy muy por encima de la banca. Pero ellos han sabido vender mejor su mundo», concluye.

Esta situación no pilla por sorpresa a los profesionales del ramo, que no dudan en entonar el mea culpa. «La imagen que proyectamos los seguros entre nuestros potenciales empleados viene de lejos, y es en buena medida responsabilidad nuestra. Seguramente porque nunca antes lo hemos necesitado», reconoce Jorge Martínez Ramallo. Sin embargo, en los actuales entornos de transformación, tener capacidad para atraer a los mejores profesionales, por ejemplo, en el ámbito digital, resulta vital. «El sector asegurador se enfrenta a grandes retos tecnológicos, y para afrontar con garantías ese proceso de cambio tan profundo necesita ser capaz de captar un nuevo tipo de talento». En este contexto, potenciar la marca de empleador resulta clave para poder contar con los mejores especialistas en campos como digitalización, marketing avanzado o big data. El problema de una marca de empleador débil, añade este experto, es que «tienes que invertir más tiempo y recursos para atraer al mismo talento y, además, vas a tener que pagarlo más caro. Por no hablar de que se incrementa el riesgo de retrasos o incluso de que la transformación fracase».

Razones de un desencuentro

El desconocimiento de las posibilidades laborales que ofrecen las compañías de seguros es uno de los grandes obstáculos que encuentra el sector para resultar más atractivo. Y es que la imagen que ha trascendido del sector a nivel laboral se centra casi exclusivamente en la vertiente comercial. El 59% de los encuestados no conocen ni un solo tipo de trabajo que se desarrolle en el sector asegurador aparte de los relacionados con ventas. Y aunque la faceta comercial es, sin duda, fundamental en seguros, seguramente no es la más motivadora. «Casi nadie que estudia una carrera se plantea como objetivo ser comercial de nada, sino que se suele aspirar a salidas más técnicas», expone Adrián Gutiérrez de la Dehesa, del Área de Seguro y Previsión Social de Fundación MAPFRE.

También hay una barrera de carácter emocional que apunta a una percepción externa no todo lo positiva que sería de desear en un sector de tanta trascendencia económica y social como es este. Complejidad, escaso dinamismo o una imagen un tanto anticuada son etiquetas que, justa o injustamente, se ha ido ganando la industria aseguradora a lo largo del tiempo, y que han generado rechazo y falta de identificación por parte de los jóvenes.

Revertir la situación

El gran reto consiste en trasladar de manera más atractiva la propuesta de valor como empleador de una industria que, de hecho, tiene mucho que ofrecer a jóvenes profesionales de prácticamente todas las especialidades. «Obviamente, economistas y abogados son las titulaciones con más salidas en nuestro sector, pero en la actual realidad aseguradora hay grandes posibilidades de carrera para especialistas en campos tan diversos como el análisis de datos, big data, marketing digital, estadística, inversión, pedagogía, periodismo y hasta historia», enumera Gutiérrez de la Dehesa.

Entre las credenciales empleadoras del sector, el informe ha identificado siete: capacidad de contratación, estabilidad laboral, remuneración por encima de la media, alta inversión en formación, conciliación, igualdad de género y oportunidades de carrera. Pero además de los elementos objetivos, los especialistas hacen hincapié en la necesidad de destacar cuestiones como el compromiso con la protección, la ayuda al emprendimiento, la cultura de ahorro e inversión o la importantísima acción social que desarrollan las compañías aseguradoras que, sin duda, son una excelente carta de presentación y elementos que merecen ser destacados.

Embajadores de marca

El estudio desvela una significativa discrepancia entre la imagen externa y la interna. Cuesta atraer talento nuevo, pero, sin embargo, los niveles de satisfacción de las personas que trabajan en seguros son altos. Esta circunstancia abre interesantes posibilidades para tratar de reforzar la marca de empleador precisamente a través de los actuales empleados. «Los trabajadores tienen la posibilidad de ser los mejores embajadores de marca para este sector. Si un empleado recibe señales positivas de su empresa, su reacción natural es compartirlos. Antes lo hacía exclusivamente entre su circulo de amigos y conocidos. Pero, ahora, gracias a las redes sociales, el alcance de ese mensaje es mucho mayor», recalca Jorge Martínez Ramallo.

Esfuerzo colectivo

El sector está tratando de revertir esta imagen a través de campañas de comunicación y de carácter educativo.

Fundación MAPFRE apuesta por la relación con entornos universitarios como importante foco de atracción de talento y por las campañas informativas entre los estudiantes que tienen un efecto sorprendente en su cambio de actitud hacia este sector. Así se puso de manifiesto en el evento piloto realizado en el campus de Badajoz de la Universidad de Extremadura, en el que se presentaron las conclusiones de este informe. Al finalizar el mismo, y por medio de una aplicación móvil, los universitarios que asistieron tuvieron ocasión de responder a las mismas preguntas que se formulaban en el estudio, «y los resultados fueron manifiestamente más positivos», subraya Adrián Gutiérrez de la Dehesa. Esta acción ya se ha repetido en cinco universidades y se realizarán más talleres en próximas fechas. Como sintetiza, este especialista, «se trata de que los universitarios sepan que en seguros hay innovación, compromiso social, emprendimiento, nuevas formas de trabajar… De ayudarles a comprender que el mundo de los seguros es mucho más que emitir un recibo de la póliza del coche y cobrarlo».

Otra iniciativa en este sentido es la de la Unión Española de Entidades aseguradoras y reaseguradoras (UNESPA) que está realizando una campaña para atraer talento joven que incluye la creación de un portal de transparencia y una guía para simplificar el lenguaje del seguro entre otros contenidos.

Jorge Martínez Ramallo en uno de los talleres en los que se dan conocer las opciones laborales del sector asegurador a los jóvenes.

Educar desde la base

Fundación MAPFRE realiza una intensa actividad orientada a «fomentar una cultura del seguro y propiciar un progresivo acercamiento de la sociedad hacia la realidad del sector», señala Adrián Gutiérrez de la Dehesa, del Área de Seguro y Previsión Social de Fundación MAPFRE. Con ese compromiso en mente, la institución desarrolla diversas campañas dirigidas a estudiantes de distintas edades y niveles educativos. «El año pasado, por ejemplo, realizamos talleres en aula a los que asistieron 26.000 estudiantes de entre 12 y 16 años de la ESO y primero de bachillerato», recuerda Gutiérrez de la Dehesa.

Otra de las campañas de referencia es bugaMAP, un juego de simulación empresarial en el que cada año participan 2.000 estudiantes universitarios de últimos años de carreras económicas y de postgrado pertenecientes a universidades de 10 países. La iniciativa comienza con una sesión en aula de una hora en la que los participantes reciben formación acerca del funcionamiento de una compañía de seguros, así como de diversos aspectos técnicos de su operativa. Después, durante tres o cuatro horas, los alumnos, organizados en equipos, participan en una competición de rol en la que deben completar análisis financieros, de riesgos, de balances o de productos, y en función de los mismos, tomar sus propias decisiones empresariales.