Del 26 de febrero al 23 de mayo de 2021 podrá visitarse en el Centro de Fotografía KBr Fundación MAPFRE, Barcelona, esta muestra dedicada a los orígenes de la fotografía con daguerrotipos de la colección del CRDI, datados entre las décadas de 1840 y 1860, algunos de ellos restaurados por Fundación MAPFRE para la ocasión.
TEXTO: ÁREA DE CULTURA DE FUNDACIÓN MAPFRE
IMÁGENES: CRDI
La presencia e interés por el daguerrotipo en España ha sido tradicional e históricamente menor que en otros países europeos. Como señala Jep Martí Baiget, en el catálogo que acompaña la muestra La mirada cautiva, esto puede deberse a diversas razones. Por un lado, el escaso interés general que ha existido hasta hace poco por parte de las instituciones en la conservación de nuestro patrimonio fotográfico, por otro, en lo que respecta a este invento en concreto, puede haber jugado un papel fundamental «el reaprovechamiento de la plata que contiene el objeto» o «el hecho de que los primeros retratistas en papel promocionasen el cambio de soporte como una mejora del retrato» así como que «los herederos de los retratados ignoraran el valor del daguerrotipo».
Afortunadamente, en los últimos años, numerosas instituciones se han volcado en la disciplina fotográfica, tanto en su estudio y su historia, como en su conservación, al tiempo que han desarrollado distintas colecciones que tratan de acercarla al mayor número de personas posible. Este es el caso de Fundación MAPFRE, que no sólo custodia un acervo que hoy en día cuenta con más de 1200 obras de esta forma de expresión artística, sino que también ha abierto un centro en Barcelona dedicado exclusivamente a la fotografía, el KBr, Fundación MAPFRE.
Por su parte, en 1997, nace el Centre de Recerca i Difusió de la Imatge de Girona (CRDI), con quien Fundación MAPFRE ha tenido el placer de trabajar en el desarrollo del proyecto que hoy presenta. La primera de las exposiciones que se van a organizar en KBr, en colaboración con distintas instituciones catalanas que albergan un rico patrimonio fotográfico y que hasta el momento no ha sido ampliamente difundido. El objetivo del CDRI, desde sus inicios, es el de dar a conocer, proteger y divulgar el patrimonio documental en imagen de la ciudad de Girona.

Retrato de una mujer, ca. 1845-1850
Daguerrotipo, 1/6 de placa
CRDI. Colección Joan Basseda Casas
El significado del término «cautiva» incluido en el título, sugiere una doble acepción. Por una parte, en palabras del escritor, crítico y lingüista franco-búlgaro Tzvetan Todorov, hace referencia a la intención de «atrapar el instante y fijar algo que huye»; y por otro, a la fascinación y el atractivo que despertó a finales del siglo XIX la aparición del daguerrotipo. Este objeto, el primero que se difunde y comercializa en la historia de la fotografía, se considera más bien un «prodigio» fisicoquímico, «el espejo de la memoria», como fue comúnmente conocido por aquel entonces.
Tras los trabajos de Joseph- Nicéphore Niépce (fallecido en 1833), relacionados con la sensibilidad de la luz a las sales de plata, el invento fue divulgado por Louis-Jacques-Mandé Daguerre, que en 1836 obtenía por primera vez una imagen sobre una placa bañada con sales de plata, que continuó perfeccionando hasta su presentación oficial el 7 de enero de 1839. La revolución daguerrotípica se extendió entonces por toda Europa, incluida España, donde también tuvo una repercusión inmediata. Diecinueve días después de que el procedimiento fuera presentado en la Academia de Ciencias de París, el Diario de Barcelona se hacía eco de este nuevo invento y el libro de Daguerre, publicado en Francia este mismo año, también fue traducido al castellano. Hacia 1845, en cada ciudad importante del mundo occidental había un estudio de retratos fotográficos. Se sabe que en 1851 se habían producido millones de retratos al daguerrotipo —la mayor parte de ellos carecen de inscripciones en marcos o estuches que permitan identificar al retratado o al retratista—, que en su momento fueron muy apreciados, aunque despertaban en el espectador la sensación de estar viendo algo que en realidad no existía.
El 10 de noviembre de 1839 en el Pla de Palau de la capital condal y con el acompañamiento de una banda de música, se realizó por primera vez la transferencia de una imagen a una placa de cobre.
La exposición duró veintidós minutos y fue contemplada por un centenar de personas. Al final, como por arte de magia, en la placa apareció una vista de la ciudad en la que se podían contemplar la casa Xifré y la Llotja, dos de los edificios más emblemáticos de la ciudad, separados por el paseo de Isabel II. La imagen se sorteó entre los asistentes y después de este acontecimiento, nunca más se supo de ella. Tampoco la noticia, que prometía mucha repercusión, fue mucho más allá, debido quizá a la compleja situación política por la que pasaba el territorio catalán, oficialmente en guerra. Quienes se interesaron en un principio por si el invento fueron científicos en formación, en su mayoría jóvenes catalanes que pusieron en práctica el procedimiento e incluso lo mejoraron, con la intención de incluir a nuestro país entre los representantes de la pujante y moderna Europa.

Retrato de un hombre, ca. 1854-1856
Daguerrotipo, 1/6 de placa
CRDI. Colección Ángel Fuentes de Cía
Solo a partir de 1842, cuando aparecieron los primeros retratistas en Madrid y Barcelona, comenzó a adquirir importancia como sistema de reproducción de imágenes. Así, en ciudades más periféricas como Girona, los primeros retratos de este tipo datan de 1849 y se deben a una autora francesa, Mme. Senges, que se anunció en el diario gerundense El postillón, para publicitar su actividad como retratista, y ofrecer formación a aquellos que quisieran introducirse en la nueva técnica. Pero no hubo en esta ciudad, ninguna galería ni estudio de fotografía fijo, y tampoco se conoce la presencia de otros daguerrotipistas, debido a que los precios de estos eran muy elevados y no existía allí una clase burguesa que constituyera una clientela suficiente para el mantenimiento del negocio, más propio de una sociedad industrializada.
Para el recorrido por la exposición se han seleccionado una buena muestra de daguerrotipos de la colección del CRDI, datados entre las décadas de 1840 y 1860, así como el proceso de restauración de un grupo de ellos asumido por Fundación MAPFRE de cara a esta muestra y como parte de su compromiso con la conservación del patrimonio.
Se exponen además dos placas estereoscópicas. La tipología de cajas daguerrianas expuestas también es diversa. Las hay de madera con cubiertas de piel y las hay termoplásticas. Los cojinetes internos, de seda o terciopelo, tienen como función expulsar el aire cuando se cierra dicha caja. Además de este tipo de encapsulamiento, que es el más característico del daguerrotipo en Estados Unidos, encontramos también el sistema europeo o francés, que consiste en un marco abierto al estilo de los usados para las pinturas. El contenido muestra principalmente retratos de estudio: individuales, en parejas o de grupo y post mortem, mientras las dos imágenes en formato estereoscópico reproducen esculturas. Se ha identificado la autoría de algunas de estas piezas gracias a las inscripciones contenidas en los marcos, pero por lo general no se conoce el nombre de los retratados, excepto cuando las imágenes llevan alguna anotación adjunta. La muestra se completa con objetos y utillaje vinculados a esta técnica fotográfica procedentes de la colección del Museu del Cinema de Girona como una caja en la que se guardan los distintos líquidos necesarios en el proceso de revelado y fijación de la imagen daguerrotípica o lámparas de laboratorios fotográficos, por citar solo algunos.

Retrato post mortem, ca. 1853
Daguerrotipo, 1/6 de placa
CRDI. Colección Ángel Fuentes de Cía
Además, se proyectan dos audiovisuales que explican el proceso de ejecución de este «prodigio», y cómo ha sido el proceso de restauración de un grupo de ellos. Asimismo, se presenta un proyecto que nace dentro del marco de investigación de la escuela CIFOG (Ciclos Formativos Girona), que ha desarrollado unas fotogrametrías que permitirán obtener una visión tridimensional de cuatro daguerrotipos de la colección.
Con este recorrido, Fundación MAPFRE quiere dar a conocer el invento que dio lugar al origen de la fotografía y ofrecer un amplio panorama de sus inicios y el contexto en le que se inicia esta técnica, que además de haberse integrado por derecho propio en el resto de las disciplinas artísticas, nos deja recuerdos que permanecen «cautivos» en nuestra memoria.