LA ELECCIÓN DEL COMISARIO
JEAN-LOUIS PRAT
Según el propio Kandinski, 1917 fue un año «dramático». Tras casarse en febrero, pensó en hacerse construir una casa y un gran estudio en Moscú, pero la revolución de octubre malogró el proyecto. Debido a las confiscaciones, perdió el edificio de veinticuatro apartamentos del que era propietario.
«De las pérdidas de la época de la revolución en gran medida nos indemnizaron —escribió Nina Kandinski—. […] El arte y la cultura vivieron una primavera revolucionaria que eclipsaba todo lo hecho hasta entonces en Rusia en este ámbito. De pronto, todos los creadores vieron que se les abrían posibilidades casi ilimitadas».
A lo largo de estos siete años rusos (1915-1921), Kandinski desempeñó cargos importantes. Como director de la Comisión Nacional de Adquisiciones, participó en la creación de veintidós museos de provincias.
Durante esta etapa, su producción artística se caracteriza por una extraña heterogeneidad. Algunos cuadros son un hervidero de elementos figurativos esquemáticos; otros presentan una creciente geometrización, atribuible al suprematismo y al constructivismo. En todo momento, sin embargo, predomina la composición sobre la construcción, y la intuición sobre la razón.