Un problema con la droga le llevó hace más de 15 años a crear la Fundación Recal, entidad sin ánimo de lucro que hasta el momento ha ayudado a más de 1.000 personas a superar la adicción a sustancias psicoactivas y a reincorporarse a la sociedad. El archiduque Maximiliano de Austria compagina esta labor con su faceta al frente de una empresa del sector médico. Su labor social le llena de enorme satisfacción.
TEXTO: NURIA DEL OLMO FOTOS: MÁXIMO GARCÍA
En España, se estima que en torno a tres millones de personas (entre el 5 y el 10% de la población) padecen adicción a sustancias psicoactivas como alcohol, cocaína, cannabis y otras.
Al centro llegan anualmente cerca de 100 personas. Proceden de todos los rincones de España, de entornos modestos y acomodados. Hombres y mujeres de todas las edades con una enfermedad crónica en común, cada vez más frecuente, que se caracteriza por la búsqueda y el consumo compulsivo de sustancias como el alcohol y las drogas. Su adicción les destroza tanto a ellos como a su entorno. Provoca conflictos familiares, emocionales, legales y financieros. Llegan a Recal con la esperanza de tratarse, de rehacer su vida y de vivir una vida digna.
¿Cómo se crea esta fundación?
La fundación se crea en el año 2000 para ayudar a gente sin hogar que vivía en los barrios marginados de Madrid. Durante bastantes años llevábamos a estas personas, en su mayoría prostitutas y alcohólicos, ropa y comida hasta que hace justo cinco años habilitamos un piso y un local en Pozuelo (Madrid) para profesionalizar la labor que estábamos realizando y empezar a proporcionar terapia. Nos convertimos en un centro de tratamiento.
¿Qué recuerdos tiene de esos años?
Siempre ha sido muy satisfactorio, pero también complejo, especialmente a la hora de organizar a tanta gente. Por ello nos planteamos crear un nuevo centro, que proporcionara un hogar seguro a los pacientes, donde les pudiéramos facilitar alimentación, ropa y, lo más importante, un tratamiento efectivo para solventar sus problemas de adicción. Un adicto es un enfermo mental y necesita todo el apoyo del mundo.
¿Quién accede a este centro?
Aquí llegan personas de todas las edades, de todas las capas sociales e incluso del extranjero que sufren problemas de adicción, ya sea debido a una sustancia o a un comportamiento. Todos confían en nuestro método porque obtiene resultados. La gente con medios económicos financia su tratamiento y los que no pueden permitírselo acceden sin coste. Nuestra misión es dar tratamiento de calidad a cualquier persona, lo pueda pagar o no, y trabajar para reducir el estigma que sufre esa persona en la sociedad.
«Los adictos son enfermos y necesitan todo el apoyo de la sociedad»
¿Cómo les ayudáis?
Todos ingresan en nuestro centro por un periodo mínimo de tres meses. En este tiempo les da tiempo a desintoxicarse y aprender una nueva forma de vivir, y lo más importante, a comprender que no están solos en esta batalla. Nuestro método está basado en el modelo Minnesota, que a su vez se basa en el programa de Alcohólicos Anónimos, y que está dirigido por un equipo médico que trabaja en estrecha colaboración con terapeutas que han sido adictos en el pasado y que ya están recuperados. Les explicamos la importancia de la actitud, de construir su proyecto de vida a través de objetivos y retos.
La droga deja secuelas
Sin duda. Por eso existe todo un equipo de psicólogos,médicos y fisioterapeutas, que ayudan a estas personas a cuidar su alimentación y a practicar deporte.También a gestionar sus, a compartir sus preocupaciones. Hay un seguimiento permanente de todos ellos porque la recaída está muchas veces a la vuelta de la esquina.
¿Las familias también participan?
Llegan desesperados, abatidos y desorientados. Nuestro tratamiento otorga mucha importancia a las terapias familiares, que se realizan cada semana en el centro, y en las que los familiares escuchan el relato de otros familiares y reciben apoyo en orientación de nuestro equipo para hacer los cambios necesarios para obtener una mejor vida y relación con el paciente y la enfermedad.
¿Qué debemos hacer para no caer en una adicción?
Creo que el trabajo más importante comienza en la infancia. Hay que esforzarse por sentar bien las bases. Se trata de establecer normas, cuidar al máximo la relación afectiva con los hijos, promover la comunicación, la autoestima y el autocontrol. Son los valores que transmitimos aquí. Intentamos que estas personas tengan mayor capacidad crítica para que puedan enfrentarse a la presión del grupo, los estereotipos sociales y conserven su propio criterio, que sean autónomos.