Del 30 de septiembre de 2021 al 16 de enero de 2022 podrá visitarse en el Centro de Fotografía KBr Fundación MAPFRE (Barcelona) la exposición KBr Flama 21, un proyecto que nace con el objetivo de apoyar la creación emergente y a las nuevas generaciones de fotógrafos que inician su trayectoria profesional tras haberse formado en escuelas de fotografía de Barcelona.
TEXTO: ÁREA DE CULTURA DE FUNDACIÓN MAPFRE
IMÁGENES: LAURA GÁLVEZ-RHEIN, BLANCA MUNT, GAEL DEL RÍO Y GUNNLÖÐ JÓNA RÚNARSDÓTTIR
En esta primera edición Fundación MAPFRE ha colaborado con cuatro instituciones barcelonesas comprometidas con la docencia y los estudios de fotografía: Grisart, Idep Barcelona, IEFC y Elisava, Facultad de Diseño e Ingeniería de Barcelona. Fruto del interés mutuo por ofrecer un entorno de visibilidad y oportunidad para los artistas emergentes, surgió la idea de organizar una exposición anual con los alumnos de las distintas escuelas.
Laura Gálvez-Rhein (Fráncfort del Meno, 1998), Blanca Munt (Barcelona, 1997), Gael del Río (Barcelona, 1990) y Gunnlöð Jóna Rúnarsdóttir (Reikiavik, 1992) son las cuatro autoras seleccionadas para esta exposición inaugural. Sus proyectos fueron elegidos a través de un proceso de visionado de obras de alumnos de las escuelas arriba mencionadas, llevado a cabo por los siguientes profesionales de la fotografía: Marta Gili, Sergio Mah, Ramón Reverté y Arianna Rinaldo.
La muestra reúne cuatro proyectos que de una manera muy personal nos llevan a distintas realidades cimentadas en el recuerdo del pasado o en aspectos relacionados con la identidad colectiva. En el primer caso, Gael del Río y Laura Gálvez- Rhein encuentran en figuras familiares (padre y abuelo, respectivamente) un motivo para desplegar sus historias personales. Gael del Río nos presenta su proceso de duelo por la ausencia del padre a través de una combinación sutil y subjetiva entre los grabados de su progenitor y sus propias fotografías. Laura Gálvez-Rhein, en su encuentro con el trauma de su abuelo Wolfgang, enlaza en su obra, en un ejercicio de memoria histórica, el recuerdo de los niños de la guerra alemanes (Kriegskinder) y la vida de su familiar.
En el segundo caso, Gunnlöð Jóna Rúnarsdóttir y Blanca Munt se fijan en esas historias colectivas que conforman una realidad e identidades locales. La primera se sumerge en la creencia popular de los islandeses en los fantasmas, elfos y los huldufólk (gente oculta), para componer un retrato onírico, multifacético y contemporáneo de su país. Por su parte, Munt dirige su mirada a la realidad cotidiana de su barrio, con un interés más antropológico que fotográfico y revela algunos de los mecanismos que identifican a la sociedad contemporánea, marcada por el control y el miedo.
Laura Gálvez-Rhein se graduó en fotografía en el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya en 2019 y se especializó en Creación y Reflexión Fotográfica en el mismo centro. También realizó un curso de Documental y Fotorreportaje en la Universidad de Arte y Ciencias Aplicadas de Hannover (Hochschule Hannover).
Actualmente explora temas centrados en el autoconocimiento y la introducción de nuevas técnicas, para lo que se apoya en la mutación de la percepción y del material, intereses que dieron lugar a los proyectos Parasomnia (2017-2019) y Metasomnia, those which were good failed too (2019).

En el ámbito documental, trabaja el tema social con un enfoque antropológico, con un interés especial por la identidad y las memorias individual, colectiva e histórica. Su acercamiento emocional a todo aquello que trata le aleja en ocasiones de los preceptos académicos del reportaje y la fotografía documental. Vive la imagen como una herramienta para expresarse libremente, de infinitas maneras y en combinaciones infinitas.
El trabajo que hoy presenta, Ex-Libris, es una serie documental sobre la biografía de Wolfgang F. O. Rhein (nacido en Berlín en 1937), abuelo de la fotógrafa. Wolfgang vive en Steinbach (Taunus), cerca de Fráncfort del Meno. Tuvo una infancia y adolescencia prácticamente inexistentes y una vida adulta centrada en el trabajo. Después de abandonar su formación como jesuita, inició su carrera laboral como profesor de alemán en varios destinos. Ahora, ya jubilado, sigue impartiendo clases a refugiadas como voluntario.
Ex-Libris explora, a través del collage fotográfico, la complejidad del recuerdo, el olvido y el encuentro con el trauma. Durante el proceso creativo, la autora trabajó con el archivo familiar y con material del Bundesarchiv (Archivo Nacional Alemán), y realizó un reportaje del día a día de Wolfgang, que representa la generación de los Kriegskinder (niños de la guerra), silenciados por la cultura de la memoria alemana. Estos son parte de sus recuerdos, expresados por él mismo:
«Yo era pobre. Vivía en una ciudad completamente destruida, en una calle cerca de la gran avenida Stalin (Stalinallee). Todo estaba completamente destruido. Era muy triste. No parábamos mucho en casa, jugábamos en las ruinas. Había un sitio donde estudiaba un poquito, pero en casa no había sitio. No tengo muchos recuerdos de ese tiempo. Durante las vacaciones iba a trabajar al campo. Durante la guerra nos mandaron a Polonia a vivir con otras familias con niños. Siempre mi mamá con los cuatro hijos. Mi padre tenía una carnicería, pero cuando yo nací, lo perdió todo. Después ya no importó, porque la guerra lo hubiera destruido igual. Luego trabajó en el ferrocarril. Tenía que ir en tren hasta Polonia para transportar a la gente. Era muy duro, estaba siempre solo. Siempre tuvimos el sueño de comprarle un coche, pero murió muy joven».
Blanca Munt (Barcelona, 1997) se graduó en Fotografía en en Idep Barcelona en 2020. Considera que la mejor manera de transmitir su capacidad de crear y contar historias es a través de la fusión del diseño, la fotografía y el vídeo.
Está interesada en temas como la vivienda, la arquitectura, la periferia, el paisaje, el retrato y la sociedad. Investiga sobre la cultura del miedo y la paranoia, lo que le ha llevado a realizar el proyecto Alerta Mira-Sol (2020), publicado como fotolibro en la editorial Dalpine, después de ganar el Fiebre Photobook Dummy Award (2020). Su proyecto Sòl i Sostre (2021) se expuso en el 7.º festival Mirades de fotografia del Bajo Ampurdán. Ha trabajado de asistente con la fotógrafa Tanit Plana, con quien participó en el proyecto de esta última Púber expuesto en el Centro de la Imagen La Virreina, Barcelona (2020). Actualmente desempeña la labor de comisaria junto con Borja Ballbé en la plataforma digital Panorama, donde publica proyectos artísticos que abordan temas relacionados con el paisaje y el territorio.

Fosi Vegue escribe sobre la obra Alerta Mira-Sol: «En 2019 la fotógrafa Blanca Munt participó en un chat vecinal creado para vigilar su barrio y alertar de posibles robos en domicilios u otros sucesos sospechosos. Lo que en un principio se presentó como una eficaz herramienta vecinal pronto se convirtió en fuente de conjeturas, suspicacias y paranoia. La aparentemente tranquila convivencia de los habitantes de un barrio de luminosas calles y viviendas estandarizadas comenzaba a hacer aguas, no solo por la existencia real de robos, sino también por la disgregación absoluta de la idea de comunidad cuando lo que está en juego es la seguridad individual: ya no solo serían sospechosos los que fueran avistados en las inmediaciones por su aspecto o actitud, sino todo vecino que no cumpliera con fidelidad el cometido del grupo. Las fotografías de Alerta Mira-Sol se van entrelazando con otras fuentes de información y las imágenes mentales que vamos generando a medida que vamos conociendo los interesados puntos de vista de cada uno de los protagonistas de este paisaje —vecinos, sospechosos, policía, administradores locales— y que apelan de lleno a nuestros propios miedos y contradicciones. En sus propias palabras, en Alerta Mira Sol, la artista propone una «reflexión acerca de la tensión entre el privilegio de vivir en un lugar apacible y la constante sensación de amenaza latente como parte de la actual cultura del miedo».
Gael del Río (Barcelona, 1990) obtuvo la licenciatura en Arquitectura por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona en 2015. Se topó con la fotografía en la recta final de la carrera, durante su año de intercambio en el Royal Melbourne Institute of Technology. Allí cursó la asignatura «Architecture After Dark», impartida por la fotógrafa de arquitectura y paisaje Erieta Attali. Desde ese momento su vida personal y profesional vira de manera progresiva en dirección hacia el medio. Estudia esta disciplina en el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya (IEFC) y en la escuela Grisart. Hoy en día se dedica profesionalmente a la fotografía de arquitectura a la vez que desarrolla proyectos personales que han sido expuestos en Mutuo (Barcelona), festival Voies Off (Arlés) y Fotofever (París) entre otros. Su fotolibro Evocare fue finalista del DOCfield Dummy Award 2017.
Tal y como señala Luca Bani, Evocare es la opera prima de Gael del Río, un «proyecto autobiográfico que nace con la muerte de Carlos del Río, padre de la autora, e investiga la relación existente entre su propio trabajo artístico y la obra gráfica de su padre. Este, cirujano de profesión al tiempo que amante del arte, dedicó una parte importante de su vida a la pintura, la escultura y el grabado. Cuando muere a finales del 2015, la autora recurre a la fotografía para enfrentarse al dolor y convertir lo que siente en algo tangible. Con este trabajo, Gael del Río nos ofrece una mirada íntima y sensible sobre el duelo. La revelación del vínculo familiar nos trae consuelo y en cierta manera nos ofrece así un sentido a la pérdida, entendida como momento crucial de la transición generacional.
Su voluntad de traducir en imágenes lo intangible le lleva a transcribir las emociones a través de la cámara, dando lugar a fotografías sugerentes y poéticas, repletas de elementos evocativos. Son imágenes que hablan de la ausencia y de la pérdida, en las que la centralidad del sujeto fotografiado subraya la individualidad y subjetividad del proyecto.

La autora nos transporta a su mundo interior, conformado por objetos dispersos, aislados, solitarios, que dialogan con el arte plástico del padre, un compendio de ideogramas llenos de significados ocultos. Una conversación entre dos visiones personales yuxtapuestas que nos sugieren una conexión tanto formal como conceptual entre dos generaciones de artistas.
Sin embargo, ¿cuál es la verdadera esencia de esta conexión? ¿Hasta dónde llega el vínculo que une las dos obras?
En estas preguntas reside la fuerza del proyecto, un trabajo que deja al observador la estimulante tarea de averiguar, o mejor, de imaginar las múltiples interpretaciones que cada pieza admite, ya sea en sí misma o en relación con las demás, y que pone al descubierto unos vínculos a menudo impalpables y difíciles de describir en un medio como la fotografía».
Gunnlöð Jóna Rúnarsdóttir (Reikiavik, Islandia, 1992) se graduó en la Escuela de Fotografía (Ljósmyndaskólinn) de Reikiavik en 2018. Allí asistió a un curso de Introducción a la Fotografía y se sintió fascinada por esta disciplina. Con gran pasión e interés por aprender más, se trasladó a Barcelona para seguir estudiando. En verano de 2019 obtuvo el máster en Fotografía y Diseño de Elisava, Facultad de Diseño e Ingeniería de Barcelona. Actualmente vive en Reikiavik y trabaja a tiempo completo como fotógrafa. Siempre ha sentido una gran pasión por el arte, tanto visual como escénico. La mayoría de sus proyectos tratan de lo que es ser humano, soñar, vivir, sentir y morir. Además de sus series personales y proyectos a largo plazo, su obra se centra en el retrato.
La propia autora se refiere así a su trabajo, Obscure Presence: «Viniendo de una isla pequeña y aislada, con clima extremo y paisajes que parecen de otro mundo, nosotros, los islandeses, tenemos un vínculo único con lo desconocido.
Tendemos a creer en fantasmas, elfos y huldufólk (gente oculta), y además muchos de nosotros sentimos una conexión con esas criaturas sobrenaturales. Según un estudio realizado en 2007 por el profesor de folclore Terry Gunnell, la mayoría de los islandeses no descartan la existencia de fantasmas y elfos; de hecho, muchos están totalmente convencidos de que existen. El aislamiento extremo de la gente, que vive en cabañas desde tiempo inmemorial, podría estar en la base de sus experiencias con lo sobrenatural.
¿Pero cómo podemos explicar esas creencias hoy en día?
Entrevisté a islandeses que tenían historias personales relacionadas con experiencias sobrenaturales y utilicé esas narraciones como base para mis imágenes. Desde el principio del proceso me quedó claro que la mayoría de esas historias tenían un tema común y una atmósfera similar. En mi obra Obscure Presence mi objetivo es mostrar estos cuentos y crear una serie de imágenes que subrayen esta atmósfera».
