«Cuando trabajas por la infancia, trabajas por el futuro de muchas personas»
Charo Izquierdo, periodista y escritora, dirige desde hace dos años la Mercedes Benz Fashion Week Madrid, la gran pasarela de promoción de la moda española que organiza IFEMA, un cargo que compagina con Save The Children, de cuyo patronato forma parte. En esta organización, con presencia en más de 120 países, los protagonistas son los niños, los que viven en condiciones de desigualdad y pobreza, y a los que la experta en moda y estilo de vida dedica todo el tiempo que puede para contribuir a cambiar su futuro. Su principal objetivo, mejorar su educación.
TEXTO: NURIA DEL OLMO. @NURIADELOLMO74 FOTOS: SAVE THE CHILDREN
¿Cómo vives tu día a día en Save the Children?
Siempre he tenido vocación de servicio, lo que quiere decir que para mí este es un trabajo importantísimo, que me ha permitido desde el principio involucrarme, poner mis conocimientos y mi experiencia al servicio de las personas que más lo necesitan y que más injusticias están viviendo. En los momentos más difíciles, de mayor trabajo, siempre pienso en los niños, y eso me anima inmediatamente a sacar tiempo de donde no lo hay. Los niños necesitan cómplices, que sepan que pueden contar contigo.
¿Qué objetivos perseguís?
Ante todo proporcionamos una atención integral a los niños y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los menores no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades. Gran parte de nuestros esfuerzos se centran, además, en tratar de influir en la agenda política y en el proceso de toma de decisiones con el objetivo de conseguir cambios y mejoras importantes en la vida de estas personas.
«Trabajamos para romper el círculo de transmisión de la pobreza de padres a hijos»
¿Qué resultados habéis logrado en este tiempo?
Lo cierto es que estamos muy orgullosos del trabajo que hacemos. En todos estos años, hemos atendido a más de 5.000 menores a través de programas que hemos llevado a cabo en distintas comunidades. Nos volcamos con ellos y con sus familias para que logren romper el círculo de transmisión de la pobreza de padres a hijos a través de la educación y nos esforzamos para acabar con todas las formas de violencia. Cuando trabajas por la infancia, trabajas por el futuro de muchas personas.
¿Qué proyectos te han llamado especialmente la atención?
Recientemente he conocido de cerca la realidad de los refugiados. El año pasado viajé a Jordania. Fue una experiencia impactante. En nuestro trabajo diario con estas personas somos testigos de muchas desigualdades. La que más nos llama la atención es que los niños refugiados tienen cinco veces menos probabilidades de asistir a la escuela que el resto, lo que hace que actualmente millones de menores estén sin escolarizar. ¡Es tan injusto! Pero tenemos esperanza en que esto cambie.
¿Qué otros objetivos marcan su agenda este año?
En Madrid, destacaría el proyecto de Puerto Rubio, en el municipio de Vallecas, que hemos abierto en el mes de abril, y que sin duda será la semilla de una nueva forma de trabajar con los niños desde que son muy pequeños hasta los 18 años y con las familias, pieza clave para alcanzar cambios relacionados con la educación, la inmigración y la violencia.
¿Qué retos plantean para abordar el fracaso escolar?
Un sistema educativo que trate a cada alumno en función de sus necesidades, sociales, económicas o físicas, para que todos tengan las mismas posibilidades de éxito. También pedimos más inversión y becas, educación asegurada para los menores más vulnerables y segundas oportunidades de calidad para aquellos que quieren volver. En España la principal vía para el reenganche educativo es una vía muerta que no permite continuar estudiando y ofrece unos resultados muy pobres y las escuelas de segunda oportunidad no están reconocidas oficialmente dentro del sistema educativo.