Abogada y voluntaria en Refugees Welcome España

«Quienes dejan entrar en sus casas a personas refugiadas han combatido prejuicios y estereotipos a base de anécdotas»

TEXTO: CRISTINA BISBAL IMÁGENES: LAURA MARTÍNEZ LOMBARDIA

Hace casi cinco años que comenzó a colaborar con esta asociación cuyo objetivo es generar historias de convivencia y fomentar cultura de bienvenida con personas refugiadas. Para ello, Sandra lleva a cabo una doble labor: por un lado hace asesoramiento puntual en temas legales de la asociación, y por otro, entrevista a solicitantes de protección internacional, y a quienes ofrecen una habitación en alquiler social. Los interesados, tanto los que buscan alojamiento como quienes lo ofrecen, han tenido que registrarse previamente en la web de la organización y según sus intereses, caracteres y necesidades hacen un matching, un emparejamiento. A continuación, ambas partes son presentadas y, si congenian, comienzan una convivencia enriquecedora para ambas partes. Hasta ahora, desde que comenzaron su trabajo, en 2015, Refugees Welcome España ha conseguido más de 100 convivencias en Madrid, Barcelona, Islas Baleares y Valencia. De paso, hace labor de acompañamiento y se lleva grandes amistades, de esas que durarán toda la vida.

¿Cómo iniciaste tu relación con Refugees Welcome España?
En el verano de 2015, a través de los medios de comunicación, se visualizó la fuerte crisis de personas desplazadas que intentaban llegar a Europa huyendo de guerras, conflictos o persecuciones en sus países de origen. Las socias fundadoras de Refugees Welcome España comenzaron su andadura en ese momento como parte de la Red de Refugees Welcome International. Aproximadamente un año después, trasteando por internet conocí la asociación. Fui a una formación. Las personas fundadoras mostraron tal implicación y motivación en dar salida a un proyecto para fomentar la cultura de bienvenida en Europa mediante una convivencia horizontal, que no me puede resistir.

¿Por qué esta ONG y no otra? ¿Qué te hizo implicarte en Refugees Welcome España?
Me cautivó la promoción de la cultura de bienvenida desde un punto de vista horizontal (abrir nuestras puertas mediante convivencia, compartir las distintas culturas, integrar en vivo, tejer redes ciudadanas) y un alquiler solidario.

¿Siempre te había interesado el voluntariado?
Sí, desde pequeña. Quizás por haber viajado (primero de niña y después con mochila), lo que me permitió conocer otras culturas, y las condiciones de vida y desarrollo de otras personas. Nacer en ciertos lugares y momentos no permite crecer a las personas en un ambiente de tolerancia e igualdad.

A todo esto tú trabajas en un despacho de abogados, tienes una casa, dos hijos (un niño y una niña en edad escolar), una pareja… ¿De dónde sacas el tiempo para la asociación?
No tengo un horario específico. En Refugees Welcome España trabajo como voluntaria, como prácticamente todas las demás personas que están allí, y dedico más o menos horas según las necesidades que haya en cada momento. A la semana suelo sacar en torno a seis o siete horas y lo hago encontrando ratitos libres para hacer algo en lo que creo. Además, mi familia respeta las épocas en las que tengo más actividad en la asociación.

No tendría que haber una «imagen de personas refugiadas» preconcebida ya que estamos hablando de millones de personas en el mundo con historias de vida individuales

¿Qué es lo más gratificante de la labor que haces en Refugees Welcome España?
Conocer a personas maravillosas que dedican su tiempo a poner un granito de arena en el cambio. Quizás no sea un cambio radical, pero el resultado de esos granitos es que algunas personas tengan una vida mejor.

¿Y lo menos, lo que más te duele?
Lo complicado de la inclusión en nuestra sociedad de todas las personas que lo necesitan. La dificultad de la concienciación, los prejuicios, la falta de medios, la dificultad de llegar a acuerdos viables por parte de las entidades públicas a nivel europeo, estatal y local. Y en concreto, no poder acompañar a todas las personas que llaman a nuestra puerta.

¿Cómo es el perfil de la gente que acude a vosotros?
Suelen ser personas jóvenes de entre 20 y 35 años que vienen solas de países como Siria, Palestina, Ucrania, Venezuela, Colombia, países de Centroamérica y varios países africanos como Somalia o Mali entre otros. Vienen huyendo de sus países de origen por conflictos armados, violencia, discriminación o persecución por genero u orientación sexual. La mayoría tienen su itinerario en el Sistema de Acogida, es decir, han solicitado Protección Internacional. Solemos acompañarles en la segunda fase del Sistema de Acogida, en búsqueda activa de un nueva vivienda, cuando tienen que abandonar los espacios gestionados por las ONG de referencia y seguir con su proyecto de vida.

¿Y cómo os conocen ellos a vosotros?
Colaboramos con otras ONG que gestionan los apoyos económicos del Sistema de Acogida en la segunda fase y tenemos sinergias y procesos de derivación establecidos con la mayoría de entidades de referencia en las ciudades donde estamos presentes, para ser un recurso viable y efectivo. En otras ocasiones, las personas desplazadas que nos conocen o han formado parte del proyecto en algún momento nos recomiendan a otras personas refugiadas. También hay personas que nos encuentran en búsquedas básicas en internet.

Cuéntame algún caso que te haya emocionado especialmente o que te haya resultado especialmente bonito o intenso.
Realmente hay muchos. La generosidad y los valores de las personas que registran su habitación en nuestra web para alquilarla, que culmina con una mudanza siempre es emocionante. En concreto en Madrid hay dos casos que me gustan mucho. Mayte convive con sus hijas y su perro y ha abierto su casa con un alquiler solidario en dos ocasiones, apoyando a mujeres de diferentes edades y situaciones. O César, jubilado que desde 2017 comparte su casa con personas desplazadas. Con uno de ellos pasó más de dos años.

¿Cómo es la experiencia para quienes reciben?
Muy satisfactoria. Algunas personas han hecho frente a la soledad, o han visto enriquecidas sus mesas con nuevos platos, han viajado desde sus salones y han practicado idiomas. Pero sobre todo han combatido prejuicios y estereotipos a base de anécdotas.

Entiendo que con algunas de estas personas refugiadas llegáis a establecer una relación personal, también vosotros…
Sí. Aya (en la imagen) es uno de esos casos. Nos hemos hecho grandes amigas. Ella dice que soy algo parecido a su hermana mayor. Conoce a mi familia y hemos compartido paseos y mesa.

Sandra de la Fuente, abogada y voluntaria en Refugees Welcome España

¿Estamos en nuestro país lo suficientemente concienciados con las personas desplazadas?
En mi opinión queda mucho camino que recorrer a nivel social e institucional. Las cifras de denegación de protección internacional hablan por sí solas: En 2019, España solo ofreció protección internacional al 5,2 % de las personas solicitantes cuyo expediente resolvió, en contraste con el 24 % de 2018 y el 31 % de media en el conjunto de países de la Unión Europea el año pasado.

¿Cómo se debería cambiar la imagen que tenemos de la persona desplazada?
Conociendo, educando desde las escuelas, empatizando (no debería ser difícil, hemos sido un país de emigrantes), leyendo e informándose, señalando actitudes y comportamientos racistas en entornos cercanos, evitando caer en tremendismos ni datos falsos de los medios de comunicación, ni imágenes preconcebidas de nadie. De hecho, no tendría que haber una «imagen de personas refugiadas» preconcebida ya que estamos hablando de millones de personas en el mundo con historias de vida individuales. Porque más allá del punto de vista social y moral, desde el punto de vista económico, la inmigración no solo es buena, sino necesaria.

¿Cómo os financiáis?
Gran parte del trabajo surge del tiempo que invertimos las personas voluntarias. Somos aproximadamente 70, que trabajamos en común, en distintos territorios: Madrid, Cataluña, Baleares, Galicia y Murcia. Además hay cinco técnicas contratadas gracias a la financiación de sendos ayuntamientos de Cataluña y de dos entidades privadas. Puntualmente recibimos donaciones privadas o a través de la promoción de eventos. Esto nos ayuda a mantener la estructura y a profesionalizar algunos servicios sin perder el germen activista