«El trineo de viento es el primer vehículo eólico movido por energía eficiente con cero emisiones»
Ramón Larramendi, madrileño de nacimiento, es uno de los más relevantes exploradores polares del siglo XXI. A lo largo de treinta años ha realizado numerosos viajes a zonas polares, entre los que destaca la Expedición Circumpolar MAPFRE (1990-1993) que se convirtió la más importante expedición geográfica española realizada en el siglo XX. Desde 1999 trabaja en el desarrollo del trineo del viento, el primer vehículo polar movido por energías renovables. Aprovechamos la presentación de este proyecto en la sede del CSIC para charlar con él sobre toda su trayectoria.
TEXTO: RAFAEL CONDE FOTOS: PROYECTO TRINEO DE VIENTO
¿Cuándo y cómo nació tu interés por explorar las regiones polares?
Desde que era niño he tenido esa vocación. Yo creo que surgió cuando leí con once o doce años un libro que había en la biblioteca de mi casa sobre las exploraciones polares: ese libro despertó mi pasión por los polos. Con 19 años atravesé Islandia, fue mi primera expedición semipolar, y a los 20 años participé en la primera expedición española que atravesó Groenlandia. En 1990 dirigí y participé en la Expedición Circumpolar MAPFRE, que supuso un gran hito de la exploración en la que cuatro personas : Manuel Olivera, Antonio Martínez, Rafael Pechi y yo, recorrimos 14.000 kilómetros, desde Groenlandia hasta Alaska, desplazándonos en trineo de perros al estilo tradicional inuit. La experiencia fue enorme y la expedición tuvo una repercusión extraordinaria que valió un reportaje en la revista National Geographic. Viéndolo hoy, con la perspectiva de los 30 años que han pasado, creo que el viaje de la Expedición Circumpolar MAPFRE marcó el fin de una era en la que, a lo largo tres años seguidos, conocimos a la mayoría de las poblaciones árticas y convivimos con los últimos cazadores de todo el ártico.
¿Cómo surge la idea del trineo del viento?
El proyecto del trineo de viento es el fruto de la experiencia adquirida en la expedición Circumpolar MAPFRE, ya que hemos utilizado todo el conocimiento acumulado durante esos tres años de expedición en los que aprendimos a viajar por el mundo ártico al estilo tradicional de los inuit. Después de esa expedición viajé con el equipo del programa Al filo de lo imposible de TVE al Polo Norte magnético en 1998 y en 1999 al Polo Norte geográfico. Fue en ese segundo viaje donde surgió la idea de resolver el último gran enigma de la exploración polar: cómo navegar por la superficie del hielo como si de un barco se tratase.
Esa forma de navegar sobre el hielo es muy innovadora.
Así es. El trineo de viento es el primer vehículo eólico movido por energía eficiente con cero emisiones que se desplaza por Groenlandia y la Antártida. La idea surge al combinar la técnica tradicional Inuit con lo mejor de la tecnología actual, somos pioneros en este aspecto, no hay otro equipo en el mundo en este momento que esté trabajando en el desarrollo de este tipo de transporte.
Vosotros incorporasteis al tradicional trineo Inuit el elemento del viento.
El trineo inuit es un medio de transporte tremendamente versátil. Le incorporé una cometa como una forma lógica de utilizar la fuerza del viento para impulsarlo. Sobre el trineo montamos una tienda de campaña a modo de cabina de barco siguiendo la tradición de los inuit ya que ellos duermen sobre sus trineos. La idea de conjugar esos dos elementos, el viento y el trineo, es muy simple y a la vez eficiente. En los años de la exploración polar se utilizaron muchos medios de progresión y los exploradores que triunfaron como Admunsen o Peary, lo hicieron porque supieron aprovechar las enseñanzas de los inuit. En este proyecto la clave para el éxito es la sencillez y la simplicidad, entendiendo estos conceptos como una mezcla de técnicas de supervivencia y una filosofía aplicada a las condiciones del viaje.
El trineo ha ido evolucionando, ya se han montado diez prototipos.
Sí, y con ellos hemos realizado ocho grandes expediciones en las que hemos ido experimentando con el sistema prueba-error. Cada viaje ha indicado el modelo a seguir en el siguiente. El trineo actual tiene una longitud de 14 metros y se compone de cuatro convoyes que pueden transportar unos 2.500 kilos y llevar a seis personas a bordo con una autonomía que te permite navegar miles de kilómetros.
¿Habéis vivido algún momento crítico en esas expediciones?
En todo este tiempo no hemos tenido ningún percance salvo el año pasado cuando el trineo con 2.000 kilos de carga arrolló a Karin Bouzen, una mujer danesa, miembro del equipo, pero por suerte el accidente no tuvo repercusiones. Lo que si hay, lógicamente, son momentos donde no se puede avanzar porque no hay viento o en los que el viento es demasiado fuerte o desfavorable. Se suelen encontrar buenas condiciones para navegar el 60% del tiempo disponible. Es fundamental seleccionar adecuadamente una ruta con áreas de viento favorable.
La temperatura es extrema.
Las temperaturas que vivimos en el trineo varían en función de la zona, en la Antártida pueden llegar a los cincuenta grados bajo cero y en Groenlandia, donde la temperatura es relativamente cálida para lo que es el mundo polar, la temperatura media puede estar en torno a los veinte grados bajo cero. Especialmente en la Antártida es necesario optimizar el calor, con las tiendas de campaña conseguimos un efecto invernadero que saca el máximo partido de las horas de sol.
«El viaje de la Expedición Circumpolar MAPFRE marcó el fin de una era en la que, a lo largo tres años seguidos, conocimos a la mayoría de las poblaciones árticas y convivimos con los últimos cazadores de todo el ártico»
El trineo de viento ahora se ha convertido en laboratorio móvil de exploración científica.
Llevo dieciocho años trabajando en el desarrollo del trineo de viento y, de ellos siete los hemos dedicado a probar que era posible navegar con él. La primera fase culminó con la travesía de la Antártida en 2005-2006. Desde entonces estamos trabajando en cómo convertirlo en una plataforma móvil de investigación polar para equipos de científicos españoles o internacionales. El trineo actual cuenta con una estructura modular que permite configurar sus módulos de forma independiente en función de los equipos que transporte. La idea es aumentar el número de investigadores que puedan ir a bordo y perfeccionar el sistema para que los trabajos que se lleven a cabo a bordo puedan ser cada vez más complejos. Este sistema es totalmente ecológico y también muy económico. Nuestro objetivo último es que en los próximos años España pueda poner en marcha, usando el trineo de viento, un programa de investigación nacional en el interior del continente antártico.
En tus distintas travesías has sido testigo directo del cambio climático.
Absolutamente, desde que yo comencé mis viajes a Groenlandia hace ya treinta años he visto los cambios y son enormes. El retroceso de los glaciares es un fenómeno conocido pero sobre todo he sido testigo de la disminución de la banquisa, la capa de hielo flotante que se forma en las regiones oceánicas polares, y la reducción de su superficie ha sido tan grande que la ruta que yo realicé en 1990 desde Groenlandia hasta Alaska es imposible realizarla hoy en día. He viajado varias veces al Polo Norte geográfico y las transformaciones en la banquisa en el océano Ártico han sido radicales, ya no es posible hacer expediciones al Polo Norte geográfico. Una de las grandes preguntas es cuándo llegará el primer verano libre de hielo en el océano Ártico. Estamos muy cerca de que esto ocurra. Este proceso de deshielo se ha producido muy rápidamente, yo he percibido especialmente está aceleración desde los años 2004 y 2005.
¿Qué podemos hacer para evitarlo o al menos reducir el impacto de este calentamiento global?
Es un tema muy complicado de solucionar, las emisiones de CO2 no han disminuido. Yo creo que se está produciendo un cambio positivo en nuestro modelo energético, pero es un cambio lento y para reducir sensiblemente el impacto ambiental es necesario en mi opinión que pasen unos 20 años, obviamente hay muchas pequeñas acciones favorables que si se pueden llevar a cabo.
¿Cuáles son tus próximos proyectos, seguirás explorando?
De momento sigo en marcha con el proyecto del trineo de viento en el que estamos en una fase muy avanzada, para mí como explorador es un punto culminante en mi carrera, una forma de cerrar esta larga trayectoria de exploraciones, una vez finalizado este proyecto estaré más vinculado a iniciativas de divulgación y conservación.
