Ana Eseverri Mayer. Socióloga y emprendedora social. CEO en Lea Global Pathways y fundadora de la ONG AIPC Pandora

«Si tienes capacidad de cambiar a los jóvenes, tienes capacidad de cambiar el mundo»

TEXTO: CRISTINA BISBAL

Nacida en Boston hace 49 años, Ana Esverri Mayer tiene la triple nacionalidad estadounidense, española y francesa. Con esas credenciales, casi puede decirse que nació con una maleta debajo del brazo. Desde pequeña, los viajes formaban parte de su vida. Estudió Sociología para convertirse en profesora de esa misma disciplina en la London Metropolitan University. Pero un viaje universitario y una reflexión, años más tarde, le hicieron cambiar el tipo de vida que llevaba, dar un giro de 180 grados y dedicarse a fomentar la movilidad y el voluntariado entre jóvenes.

¿Cómo surgió la idea de montar la ONG AIPC Pandora?
En realidad, es una idea que ha estado ahí, esperándome, desde que tenía 20 años, cuando viajé con la universidad en la que estudiaba a Guatemala para vivir durante tres meses con una comunidad chortí en la frontera con Honduras. Hicimos un programa de ayuda a mujeres muy bonito. Aquella experiencia me encantó y cuando empecé a trabajar en Londres como profesora en la London Metropolitan University empecé a mandar a grupos de voluntarios a esa misma comunidad de Guatemala.

Ese fue el germen, pero el inicio se hizo esperar. ¿No es así?
En efecto. Al cabo de los años, ya viviendo en España, decidí dedicar menos tiempo para mí y más para los demás y crear esta ONG, cuyo objetivo es precisamente que los jóvenes vivan este tipo de experiencias internacionales, que descubran el mundo, abran sus miras y sean más felices. Y tengo claro que este tipo de experiencias efectivamente te hacen mucho más feliz, porque sales de tu zona de confort. Además, ayudas a los demás, lo que ofrece un plus muy importante.

¿Su objetivo es la educación global?
Sí, el objetivo es educar a los jóvenes, de cualquier fracción social, como ciudadanos y ciudadanas globales de este mundo. Con cada viaje, con cada experiencia, con cada oportunidad, estos jóvenes amplían su visión. Y por eso, en AIPC Pandora abarcamos distintas actividades. Por ejemplo, enviamos a jóvenes de entre 13 y 18 años a hacer voluntariado por el mundo, a lugares como Tailandia, Tanzania, Nepal, Marruecos… Allí pasan tres semanas de experiencia internacional, se insertan en la comunidad, viven en casas de voluntarios o familias locales y trabajan con ONG0 locales. De repente el mundo no es solo su entorno de amigos, sino que comprueban que hay todo tipo de religiones y culturas. En los casi 20 años que llevamos funcionando hemos enviado a cerca de 15 000 estudiantes.

Todas nuestras actividades nos permiten mantener distintos programas de becas de formación y liderazgo, para que jóvenes sin recursos tengan también acceso a estas experiencias. Entre ellos, por ejemplo, a través del Cuerpo Europeo de Solidaridad, una iniciativa de la Unión Europea, ofrecemos a jóvenes la oportunidad de trabajar como voluntarios o colaborar en proyectos, tanto en sus propios países o en el extranjero. Y también tenemos un programa de becas en el que trabajamos con jóvenes excelentes que están en riesgo de exclusión social y les ofrecemos oportunidades para llegar mucho más alto en su educación. Nos ocupamos de su formación desde 4.º de la ESO hasta que les dejamos en las mejores universidades.

¿Alguno de estos casos que haya sido especialmente gratificante?
Muchos, pero de entre ellos destaco el de Rofaida, una jóven de origen marroquí, en la actualidad matriculada en ICADE; e Ismael, un chico tutelado por la Comunidad de Madrid que está estudiando Psicología. Ambos han comenzado por su cuenta un proyecto, Nadie a Juniembre, una red de apoyo de profesores voluntarios que ayudan a jóvenes inmigrantes a pasar de curso. Creo firmemente que si tienes capacidad de cambiar a los jóvenes, tienes capacidad de cambiar el mundo.