El viaje fotográfico de Paul Strand

Del 9 de octubre de 2020 al 24 de enero de 2021 podrá visitarse en nuestro centro de fotografía de Barcelona la muestra Paul Strand. Colecciones Fundación MAPFRE.

TEXTO: ÁREA DE CULTURA FUNDACIÓN MAPFRE IMÁGENES: © APERTURE FOUNDATION INC., PAUL STRAND ARCHIVE

Paul Strand nació en Nueva York en 1890 y pronto ingresó en la Ethical Culture School bajo la supervisión del fotógrafo de carácter social Lewis Hine (1874- 1940). Posteriormente, hacia 1915, entabló una estrecha amistad con Alfred Stieglitz (1864-1946), también fotógrafo y pionero en la introducción del arte más innovador en la ciudad. Tras fusionar estas influencias, el artista exploró el potencial de esta disciplina como instrumento de superación de la visión humana a través de retratos íntimos y detallados y de la captación de matices en formas mecánicas y naturales. En 1920, junto con Charles Sheeler (1883-1965), realizó una de las películas pioneras en el lenguaje fílmico de la vanguardia, Manhatta, siguiendo el poema de Walt Whitman, Mannahata, en la que se narra la fascinación y el ritmo trepidante de la ciudad de Nueva York a lo largo de un día. A partir de este momento combinará su trabajo como fotógrafo con su dedicación al cine y, más adelante, con la producción de libros, que se convertirá en parte fundamental de su actividad.

En 1930 comenzó a viajar por Estados Unidos, Canadá y México y desarrolló proyectos centrados en comunidades específicas, estudios de pueblos a través de sus gentes y de los elementos culturales que los identifican. Strand fue un artista comprometido políticamente, lo que le llevó también por el camino de la fotografía documental. A mediados de la década de los años cincuenta abandonó Estados Unidos y se trasladó a Orgeval, en Francia, lugar que ya no abandonará hasta su fallecimiento en 1976

En poco tiempo, Paul Strand pasó de ser un fotógrafo de carácter pictorialista —una tendencia de la fotografía que trata de emular a la pintura en sus tratamientos formales— a captar los motivos de manera directa. A partir de 1915 sus intereses se centraron en la ciudad y el movimiento, así como en objetos cotidianos que fotografiaba utilizando un diafragma pequeño en su cámara. Este modo de enfrentarse al medio, que transformaba buena parte de las escenas de sus composiciones en abstracciones, le llevó a realizar un tipo de arte que excedió a su tiempo y que le convirtió en uno de los padres de lo que actualmente se conoce como straight photography o fotografía directa.

Entre 2011 y 2015, Fundación MAPFRE adquirió un conjunto de 131 imágenes del artista, que pasaron a formar parte de su acervo. La exposición Paul Strand. Colecciones Fundación MAPFRE está formada por una selección de ciento diez de esas obras. Se trata de la primera muestra de nuestras colecciones que se inaugura en la Ciudad Condal y acompaña a la gran retrospectiva del fotógrafo alemán nacionalizado británico Bill Brandt. Ambas podrán disfrutarse en las salas del nuevo Centro de Fotografía Kbr Fundación MAPFRE de Barcelona hasta enero de 2021.

El recorrido expositivo en torno a la obra de Paul Strand se divide en cuatro secciones que se conforman a partir de la manera de trabajar del artista, así como de su modo de comprender el mundo.

Geometrías: reconfigurando la mirada

Uno de los elementos con los que Strand aprendió a trabajar en los inicios de su carrera fue el movimiento de los peatones desplazándose por la calle. A instancias de Stieglitz, comenzó a fotografiar desde los viaductos, puentes y edificios altos de la ciudad. Estas imágenes y su movimiento introdujeron un rasgo documental y de cotidianeidad en su obra que se convertirá en uno de los elementos característicos de la fotografía urbana del siglo XX.

En marzo de 1916 el propio Stieglitz ofreció en la galería 291 una exposición de Strand con fotografías de carácter pictorialista y algunas de época reciente. Entre ellas se encontraba Wall Street, que con el tiempo ha devenido en icono de su producción dedicada a la street photography o fotografía callejera. En esta imagen, el artista conjuga contenido y forma, aspectos muy importantes para él, tal y como se deduce de sus propias palabras: «El fotógrafo documental dirige su cámara hacia el mundo real para registrar su autenticidad. Al mismo tiempo, debe buscar la forma con el fin de idear diversos modos de organizar y usar el material de manera eficiente».

Con este nuevo modo de trabajar, Strand introdujo en sus imágenes las enseñanzas del cubismo. Jugó con los encuadres y las formas geométricas, con la incidencia de la luz sobre los motivos de forma parecida a los pintores impresionistas y llegó a realizar verdaderos juegos abstractos trabajando con bodegones, las fachadas de las casas o los objetos cotidianos.

Wall Street, New York, 1915 Platinum palladium print Fundación MAPFRE Collections

Paisajes, de la vaporosidad al pintoresquismo geométrico

A mediados de la década de 1910, el artista entró a formar parte del reducido grupo de creadores de vanguardia y sus temas y su modo de ver el arte cambiaron sustancialmente. Se vio seducido por el movimiento de la ciudad y su ritmo vertiginoso, por los rascacielos y las vistas urbanas; imágenes que contrastan con las que, a partir de 1920, indican su regreso al tema de la naturaleza desde una concepción del paisaje derivada de la obra de Cézanne.

La naturaleza, el mundo rural y la cultura popular fueron algunos de los protagonistas de los libros de fotografía que publicó a partir de 1950, tras su estancia en México entre 1932 y 1934. Esa presencia cada vez más acusada de la naturaleza se reflejó también en su propia vida. En 1955 abandonó las grandes ciudades y se instaló en Orgeval, un pequeño pueblo de la región de la Isla de Francia con menos de 2.000 habitantes, donde compaginó los viajes con el cuidado de su jardín, que fotografió durante años en el que sería uno de sus últimos proyectos fotográficos.

Blind Woman, New York, 1916 Gelatin silver print Fundación MAPFRE Collections

Retratos: de la mirada furtiva a la diversidad cultural

En Nueva York, en otoño de 1916, Paul Strand se sumergió en las calles del Lower East Side de Manhattan para hacer retratos de figuras anónimas que ignoraban que estaban siendo fotografiadas. Utilizaba un objetivo falso en su cámara, lo que le obligaba a moverse rápidamente por temor a ser descubierto, un modo novedoso y sin precedentes en el modo de fotografiar hasta la fecha. La mayor parte de ellos eran obreros de edad avanzada de distintos grupos étnicos. Se concentraba en las cabezas y las expresiones faciales, como vemos en su emblemática Mujer ciega o en el Hombre anuncio, ambas de este mismo año.

Tras algunos viajes estivales a Colorado, Maine o Canadá, en los que reunió un número considerable de obra, Paul Strand se estableció en México en 1932, donde permaneció una larga temporada. En un principio se centró fundamentalmente en su actividad cinematográfica, pero en 1933 viajó por muchas zonas rurales del país para hacer un conjunto de fotografías en las que predominaban los retratos, y en las que por primera vez aparecían objetos de la cultura popular; los denominados «bultos», las figuras religiosas talladas y pintadas de las iglesias mexicanas. Strand combinó en estas imágenes su necesidad de encontrar una relación espiritual entre estas gentes y su tierra. El porfolio Photographs of Mexico, publicado en 1940, sorprende por la individualidad de los retratados que presenta, fruto de una profunda destreza técnica y una gran atención y respeto hacia los modelos.

“Me veo a mí mismo fundamentalmente como un explorador que ha pasado su vida en un largo viaje de descubrimiento”
Paul Strand

Países: cartografías emocionales. Libros como proyecto

En 1945 la comisaria Nancy Newhall organizó una retrospectiva con las fotografías de Strand en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, lo que le dio la oportunidad de revisar la obra que había realizado hasta la fecha. Causaron tanta admiración que Newhall le sugirió hacer un proyecto sobre Nueva Inglaterra. Estuvo viajando por la región durante seis semanas y el resultado fue su primer libro propio de fotografías, Time in New England, publicado en 1950. Dos años más tarde saldría a la luz La France de profil, en la editorial suiza Guilde du Livre. Estéticamente, muchos de los artistas que colaboraban con esta prestigiosa editorial estaban muy comprometidos con la fotografía humanista y su papel en la reconstrucción de una Europa asolada tras la Segunda Guerra Mundial.

Tras la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, el humanismo se convirtió en tema central y comenzó a crecer la conciencia en torno a la diversidad cultural. De forma paralela, el inicio de la Guerra Fría conllevó la persecución de muchos intelectuales considerados parte de la «intelligentsia» comunista. El compromiso político de Paul Strand con la izquierda le llevó a exiliarse en Francia con Hazel Kingsbury, quien se convertiría en su tercera mujer. Su matrimonio trajo aparejada una vida más tranquila que, sin embargo, no le impidió seguir viajando por toda Francia y otros países en los años siguientes. En 1976, poco antes de su fallecimiento, el artista declaró: «Me veo a mí mismo fundamentalmente como un explorador que ha pasado su vida en un largo viaje de descubrimiento»