Vitaminas, calcio, omega 3, probióticos, salvado, ginseng, levadura de cerveza y barritas energéticas son algunos de los complementos alimenticios que más consumen los españoles. La Academia Española de Nutrición y Dietética ha elaborado un completo estudio para Fundación MAPFRE en el que se analizan las causas de un fenómeno en continuo crecimiento. En nuestro país el consumo de este tipo de productos se sitúa en torno al 50 % de la población, siendo los suplementos alimenticios los que cuentan con mayor aceptación entre los encuestados.

TEXTO: ISABEL PRESTEL IMÁGENES: ISTOCK

A poco que se encienda la televisión o se trastee por Internet es fácil encontrarse con publicidad relacionada con algún suplemento alimenticio, nutricional o dietético. Incluso basta con ojear las estanterías de cualquier supermercado. Tanto es así que se han convertido en un habitual en muchos hogares. De hecho, su venta no ha dejado de crecer en la última década, con cifras millonarias. Según datos de 2017 de la Asociación de Empresas de Dietéticos y Complementos Alimenticios (Afepadi), las ventas anuales de complementos alimenticios a nivel internacional ese año alcanzaron la cifra de 121.2 billones de dólares. Y creciendo… Algunos estudios refieren un aumento para 2026 de entre 18 y 45 mil millones de euros, lo que supone una tasa de crecimiento estimado de entre 4,89 % y el 6,5 %.

Esto no supondría ningún problema si no fuera porque hay un gran desconocimiento sobre los efectos beneficiosos reales que supone la ingesta de este tipo de productos. Y lo que es peor, también sobre los perniciosos. Porque no todos los suplementos han sido investigados con la misma intensidad. Pero es que además falta un marco legislativo fuerte que aclare bajo qué circunstancias es recomendable su consumo. Basta con decir que su denominación difiere de un país a otro y que no hay una definición clara para este tipo de productos.

Así se afirma en Uso de suplementos nutricionales en la población española elaborado por la Academia Española de Nutrición y Dietética para Fundación MAPFRE: «Existe indefinición en relación a los productos a base de plantas, ya que en ocasiones se incluyen entre los productos medicinales y otras veces como suplementos alimenticios, recayendo la decisión de cada Estado Miembro de la Unión Europea».

A pesar de todo ello, estos productos están muy extendidos. En concreto y según el estudio, «siete de cada 10 españoles afirma haber tomado algún tipo de suplemento en el último año». Según Eduard Baladia, coordinador del estudio y miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética, «los suplementos cuyas ventas se han visto aumentadas, como la vitamina C y D, antioxidantes, el selenio o el zinc, son todos nutrientes relacionados con la inmunidad. Sin embargo, que estén relacionados con la inmunidad no significa que tomando suplementos pueda aumentar o mejorar nuestra inmunidad, sino que la deficiencia de estos nutrientes podría empeorar nuestro sistema inmune, aunque no sabemos cuánto». El estudio sitúa a España entre los países que más complementos alimenticios consume junto a otros como Dinamarca y Estados Unidos, con prevalencias que sobrepasan el 50 % de la población.

Suplementos a la carta

Por otro lado, 4 de cada 10 españoles es aficionado al consumo de vitaminas y complejos vitamínicos, «siendo más habitual entre grupos de edad más jóvenes». De entre todos los grupos de vitaminas destaca la D y la C, tomadas por 3 de cada 10 encuestados. Al hablar de minerales, los más consumidos son el magnesio y el calcio, por el 13 % y 12 % de la muestra respectivamente. El Omega 3 lo consumen dos de cada 10 encuestados, que lo hacen a través de fuentes vegetales como el aceite de onagra, lino o frutos secos. Muy similar es la proporción de encuestados que consumen probióticos.

Es decir, que hay una amplia mayoría de población que ingiere algún tipo de suplemento en nuestro país, principalmente de tipo nutricional. El argumento que esgrimen con mayor frecuencia es el de «mejorar su salud general», seguido de querer perder peso, para quienes consumen productos especiales. 

El auge de los suplementos alimenticios a estudio

Ante esta realidad parece evidente que la mayor parte de los encuestados los perciben como seguros.

Curiosamente, aunque hay un alto porcentaje de autoadministración, muchos de ellos son prescritos por facultativos. El estudio hace hincapié en este sentido, por la necesidad de que los médicos tengan la capacidad de «adquirir competencias académicas suficientes como para guiar su práctica profesional en principios basados en la evidencia. No obstante, la falta de certeza de efectos beneficiosos relevantes para la salud y sus eventuales efectos adversos leves y transitorios deben ser considerados a la hora de tomar una decisión profesional, sin olvidar el coste económico que la toma de estos productos representa para sus consumidores y que, en cualquier caso, dejarían de invertir en su salud con suficientes garantías de eficacia».

Falta de evidencias científicas

En efecto, el estudio de la Academia Española de Nutrición y Dietética insiste en «la falta de evidencia científica sobre la seguridad y eficacia de estos productos, por lo que debería considerarse como un posible problema de salud pública». «El problema adicional detectado, después de realizar una extensa revisión de la literatura, es que muchos de ellos no cuentan con estudios suficientes que permitan verificar los potenciales beneficios que se les atribuyen, y lo que es peor, tampoco que certifiquen que son seguros», afirma Baladía. Pero para entender este fenómeno hay que buscar las causas. «El mercado del deporte, la irrupción de la llamada nutrición personalizada, y el envejecimiento de la población, así como el creciente mercado online y su facilidad de adquisición, son algunos de impulsores de crecimiento, especialmente entre millennials, mujeres y mayores de 60 años», se afirma en el informe, que hace un repaso de las evidencias que hay al respecto según diversos estudios.

El estudio hace hincapié en la necesidad de que los médicos tengan la capacidad de adquirir competencias académicas suficientes como para guiar su práctica profesional en principios basados en la evidencia

Sin conclusiones claras

Lo primero que hay que tener en cuenta cuando se trata de buscar evidencias científicas es que, tal y como se dice en el estudio, «las pruebas de beneficios claros y de alta calidad de las propiedades saludables declaradas para la suplementación, son aún escasas y en algunos casos inexistentes».

A pesar de ello, se puede afirmar que «la suplementación con calcio podría tener efectos positivos en la prevención primaria de hipertensión, siendo este efecto más acusado en hombres y en personas menores de 35 años. En relación a la progresión de la degeneración macular asociada a la edad, se ha observado que la suplementación con zinc podría tener efectos beneficiosos».

En cuanto a probióticos, de todos sus posibles efectos beneficiosos para enfermedades como la diarrea infecciosa aguda persistente, el cólico del lactante, los eccemas o la diabetes gestacional, solo ha demostrado tener un impacto positivo claro para una pequeña cantidad de afecciones. Algo similar sucede con el consumo de plantas y sus extractos, estudiados para la mejora de problemas articulares, la memoria, la menopausia, la diabetes o el asma. «Sin embargo, en la mayoría de los casos no existen pruebas suficientes o son de mala calidad, por lo que no permiten establecer conclusiones claras respecto de su impacto positivo en la salud», se asegura en el informe.

Los efectos adversos también han sido estudiados. «Una amplia variedad de vitaminas y minerales y sus combinaciones se han asociado a efectos adversos de significación diversa, variando desde un mayor riesgo de mortalidad en la suplementación con antioxidantes como betacarotenos y vitaminas E y A, o de mortalidad fetal y neonatal en la suplementación con magnesio en mujeres embarazadas». La conclusión es que los beneficios demostrados no se corresponden con la magnitud del negocio que supone ni de su alto porcentaje de consumo. Por lo que la prudencia es siempre el mejor consejero para el consumo de estos productos.