Ed van der Elsken

La exposición del fotógrafo holandés Ed van der Elsken (1925-1990), que podrá visitarse en la sala de Bárbara de Braganza en Madrid del 25 de enero al 20 de mayo de 2018, presenta una amplia selección de sus imágenes más icónicas: instantáneas de París a partir de los años cincuenta, figuras fotografiadas en sus numerosos viajes o en su ciudad natal de Ámsterdam de los años sesenta en adelante, así como sus libros y extractos de sus películas y presentaciones de diapositivas, especialmente Eye Love You y Tokyo Simphony.

TEXTO: ÁREA DE CULTURA DE FUNDACIÓN MAPFRE

Inconformista, consciente de sí mismo y comprometido. A lo largo de más de cuatro décadas, Ed van der Elsken buscó a «los suyos» en las calles de ciudades como París, Ámsterdam o Tokio. Prefería publicar sus fotografías en formato de libro, como Una historia de amor en Saint-Germain-des-Prés (1956) —Love on the Left Bank en su edición inglesa—, su fotonovela internacionalmente aclamada; el monumental Sweet Life (1966); o el impresionante De ontdekking van Japan (El descubrimiento de Japón, 1988). También captó el mundo que le rodeaba con una cámara de cine.

Su punto de vista era generalmente autobiográfico, su actitud directa, sus métodos poco convencionales y a menudo se incluía a sí mismo en la escena. «¡Eh, preciosa, mira a la cámara!», gritaba provocativamente desde detrás de su objetivo. Amante de los personajes extravagantes y los jóvenes rebeldes, hizo una especie de crónica del zeitgeist, un diario del espíritu de la época. Van der Elsken trabajó en diversas plataformas y experimentó con numerosas técnicas en la edición y la maquetación de sus obras, creando publicaciones y películas, proyecciones de diapositivas y vídeos.

Las maquetas de sus libros, las hojas de contactos y los bocetos expuestos permiten comprender mejor sus métodos de trabajo, mientras que los extractos de sus películas, en blanco y negro o en color, enfatizan su importancia como cineasta y destacan la relación que existe entre esta práctica y su fotografía. En la cultura visual contemporánea del selfie y la mezcla de disciplinas, el trabajo Ed van der Elsken sigue gozando de una actualidad innegable.

París y una historia de amor en Saint-Germain-des-Prés

Ed van der Elsken encontró su estilo en París. Al principio se enamoró de su entorno urbano y se centró en los artistas callejeros, los clochards y los mendigos, los amantes junto al Sena, las manifestaciones y los carteles publicitarios. Pero su encuentro en un club nocturno con la pelirroja Vali Myers y sus amigos le hizo adoptar un enfoque radicalmente nuevo y personal que le llevó a fotografiar a los bohemios de SaintGermain-des-Prés, principalmente durante la noche. El destello de las farolas y los espejos de los cafés añadían una atmósfera especial a sus fotografías de negro aterciopelado. Captó los abrazos, las escenas de seducción, la soledad y la intoxicación por el alcohol y las drogas con un gran sentido de lo físico, de la plasticidad. La distancia entre el fotógrafo y sus personajes es siempre corta y da la impresión de que los fotografía sin que ellos se den cuenta, aunque a veces también los hace posar de un modo evidente. En cualquier caso, su enfoque refleja un alejamiento de las reglas no escritas del documental basado en la pura observación, tan característico de la época de posguerra.

A finales de los años setenta, Ed van der Elsken utilizó su archivo para elaborar un fotolibro sobre su etapa parisina a comienzos de los años cincuenta. Rememora lo que a menudo fueron unos comienzos difíciles: su trabajo en el laboratorio de la agencia Magnum, sus primeros pasos en la fotografía profesional, su vida con la fotógrafa Ata Kandó y los tres hijos de esta, su relación con los artistas holandeses y, por supuesto, el proceso creativo que dio lugar a su primer libro, Een liefdesgeschiedenis in Saint-Germain-des-Prés (Una historia de amor en Saint-Germaindes-Prés, 1956).

Van der Elsken anotaba sus ideas y hacía bocetos de sus proyectos en una libreta Rhodia. Al principio trabajó con una Rolleiflex y tenía que ahorrar película; más tarde fotografió con una Leica, lo que le permitió reducir la distancia entre él y sus sujetos. Uno de sus temas predilectos era la vida cotidiana de su familia, que registró tanto en instantáneas improvisadas como en escenas cuidadosamente preparadas, a veces literalmente actuadas para la cámara.

Progresivamente, sus sujetos se convierten en personajes con los que a menudo entabla una relación personal muy directa

En su película de 1972, Death in the Port Jackson Hotel, Ed van der Elsken nos presenta los recuerdos de Vali Myers, su musa y protagonista de su primer e icónico libro, la fotonovela Una historia de amor en Saint-Germain-desPrés. Mientras que el libro mezcla realidad y ficción para crear una historia de amor imposible entre el mexicano Manuel (Roberto InignezMorelosy) y Ann (Vali Myers), la realidad que Vali recuerda se revela mucho más cruda y amarga.  Este libro marca una ruptura con la visión positiva de la fotografía documental humanista de posguerra y es uno de los primeros indicios del interés en el fenómeno de la cultura juvenil, con sus dudas, su violencia y sus adicciones. El punto de vista de Van der Elsken es el de un participante más: directo y emocional. La narración adopta la forma de un largo flashback.

Waterlooplein, Ámsterdam, 1961. Nederlands Fotomuseum / © Ed van der Elsken / Collection Ed van der Elsken estate

Bagara y Sweet Life

A finales de los años cincuenta Ed van der Elsken se embarcó en sus primeros viajes largos. Las fotografías que hizo en África Central en 1957-1958 nos lo muestran simultáneamente como un antropólogo cultural en busca de una cultura «auténtica» y como un reportero entusiasta de los avatares de la vida cotidiana de los habitantes de Ubangui-Chari. Van der Elsken era un maestro a la hora de captar situaciones intensas relacionadas con ciertos rituales y con la caza.

Ed van der Elsken y su esposa de entonces, Gerda van der Veen, partieron de los Países Bajos el 22 de agosto de 1959 en un viaje que les llevaría alrededor del mundo durante catorce meses. En el transcurso del mismo definió su estilo y sus métodos personales. Progresivamente, sus sujetos se convierten en personajes con los que a menudo entabla una
relación personal muy directa. Por invitación de su cuñado, que trabajaba como comisionado de distrito en Ubangui-Chari, van der Elsken viaja a África Central en 1957, un año antes de que la colonia francesa accediera a la independencia. Durante su estancia de tres meses, van der Elsken captó la vida cotidiana en aldeas remotas. Pidió a los niños que dibujaran personajes mágicos y rituales como la circuncisión, que no le estaba permitido fotografiar, e incluyó esas imágenes en Bagara. El título del libro significa «búfalo», un animal que para van der Elsken «simboliza la fiereza, la astucia y las ganas de vivir de África». Bagara reflejaba su visión del «África auténtica», como queda de manifiesto en el título de la edición alemana, Das echte Afrika; aspectos contemporáneos como la presencia de coches y gente de raza blanca están prácticamente ausentes.

Sufragaron los costes de su aventura haciendo películas para la televisión y fotografías para las revistas. El viaje empezó en Senegal y Sierra Leona, desde donde continuaron hasta Sudáfrica. Sus siguientes escalas fueron Malasia y Singapur y de ahí, vía Filipinas, continuaron hasta Hong Kong. A finales de noviembre llegaron a Japón, donde permanecieron por espacio de tres meses. El viaje alrededor del mundo terminó en
México y Estados Unidos. Sweet Life, que no encontró editor hasta 1966, encarnaba su espíritu aventurero, su interés en la humanidad y su fascinación por las culturas extranjeras. Fue un barco de pasajeros que fotografió en las islas Filipinas el que le inspiró el título definitivo de un libro que originalmente iba a llamarse Crazy World (Mundo Loco).

Ámsterdam y el jazz

Ed van der Elsken se dedicó asiduamente a la fotografía callejera en Ámsterdam, su ciudad natal. Aquí fue donde desarrolló su interés por los jóvenes rebeldes y los personajes atípicos, que al principio fotografía en blanco y negro y posteriormente, a partir de los años setenta, en color. Sus imágenes reflejan la atmósfera de la capital en las décadas sucesivas. En los años cincuenta fotografía «su» barrio de Nieuwmarkt: una camarera, jóvenes marginales, dos hermanas con estilo, una muchacha de ojos soñadores y pelo cardado y niños condisfraces caseros.

En esta época el jazz también empieza a ser cada vez más popular. Los jóvenes se volvían locos en el Concertgebouw de Ámsterdan, donde asistían a escuchar a Miles Davis, Chet Baker o Ella Fitzgerald, entre otros. Van der Elsken se contagia de su entusiasmo y su cámara capta a la perfección la espontaneidad de la música y la intensidad de experiencia vivida por el público. El color se volvió cada vez más importante en su fotografía a partir de los años setenta, aunque esto apenas le hizo cambiar de enfoque. Por su parte, el cine empieza a ser relevante en su trabajo. En los años cincuenta el jazz gozó de una gran popularidad en los Países Bajos. El periodista Jan Vrijman llevó a su amigo Ed van der Elsken a un concierto de Chet Baker en el Concertgebouw de Ámsterdam y el fotógrafo quedó inmediatamente cautivado. El libro Jazz (1959) es fruto de sus fotografías en conciertos de jazz, incluidas actuaciones de Miles Davis, Lionel Hampton y Ella Fitzgerald. El propio van der Elsken hizo el diseño de Jazz, traduciendo la música a imágenes.

A partir de 1959 Ed van der Elsken se concentra cada vez más en el cine. Durante su viaje alrededor del mundo hizo breves reportajes de viaje para la televisión holandesa que desgraciadamente se han perdido, a excepción de un montaje apresurado de unos cuantos cortes a menudo muy formales. Para uno de sus primeros documentales Van der Elsken filmó a su amigo Karel Appel. También hizo cortometrajes experimentales, como Handen (Manos, ca. 1960), un montaje que muestra las diferentes funciones y movimientos de las manos.

El color se volvió cada vez más importante en su fotografía a partir de los años setenta, aunque esto apenas le hizo cambiar de enfoque. Por su parte, el cine empieza a ser relevante en su trabajo

La cámara enamorada

En 1970 Ed van der Elsken abandona Ámsterdam para instalarse en una granja que ha adquirido cerca del lago IJsselmeer, en las proximidades de Edam. La película De verliefde camera (La cámara enamorada, 1971) se centra sobre todo en los encargos hechos en el extranjero para la revista Avenue. Empieza con imágenes del fotógrafo captando un nacimiento y se cierra con una declamación hecha desde su Mini Moke mientras conduce con su familia por la granja en Edam. El efecto ojo de pez que utiliza para grabar esta secuencia es una de sus típicas bromas técnicas. En 1971 Ed van der Elsken se reencuentra con Vali Myers, su musa de Una historia de amor en Saint-Germain-des-Prés. En Death in the Port Jackson Hotel hizo un retrato de la artista que entonces vivía en un apartado valle italiano con su joven amante, Gianni Menichetti, y sus animales. Avonturen op het land (Aventuras en el campo, 1980) es un homenaje a la flora y la fauna —y a los habitantes— de los alrededores de su granja en Edam en las diversas estaciones. También publicó un libro con el mismo título.

Eye Love You

Eye Love You enumera las diferentes formas de experimentar y practicar el amor en todo el
mundo, un tema universal que atraviesa este «libro de la gente» de Ed van der Elsken. Las imágenes de hippies, playas nudistas, parejas haciendo el amor y travestis indios contrastan con los temas más serios que van der Elsken trató para Avenue a lo largo de sus viajes y que
documentan en color la pobreza, la lucha por la supervivencia e incluso la muerte. El resultado es el tributo de Ed van del Elsken al género humano, su personal Family of Man.

Territorio Yakuza, Kamagasaki, Osaka, 1960. Nederlands Fotomuseum / © Ed van der Elsken / Collection Stedelijk Museum Amsterdam.

Japón

Durante su primera visita a Tokio a finales de los años cincuenta, Ed van der Elsken se convirtió progresivamente en un director de escena provocativo y travieso de «su» gente. Los yakuzas —mafiosos japoneses vestidos con trajes americanos— parecen fijar su mirada en el espectador, como actores en una película de serie B. Los transexuales se divierten palpablemente mientras miran seductoramente al fotógrafo. Van der Elsken hizo un total de quince viajes a Japón, cuyos habitantes, su cultura y sus valores y costumbres tradicionales le resultaban fascinantes. Sus fotografías muestran temas típicamente japoneses como los luchadores de sumo, las inclinaciones al saludarse y los increíbles empujones a las puertas de los vagones de tren. Pero no sólo fotografió costumbres recatadas y actitudes educadas, también la incorporación de Japón al consumismo y, de nuevo, la cultura juvenil.

Tokyo Symphony

Para van der Elsken, la presentación de diapositivas era un formato inspirador, a medio camino entre un medio estático como la fotografía y uno que resultaba caro como el cine. Creó diversos audiovisuales, algunos con sonido sincronizado. En la última etapa de su vida trabajó en una presentación audiovisual sobre Tokio, la metrópolis con la que había mantenido un vínculo tan especial. Fotografió el mercado de pescado, manifestaciones, gente atractiva, maniquíes, luchadoras y jóvenes alternativos. No pudo terminar este proyecto debido a sus problemas de salud. Tokyo Symphony se terminó póstumamente y se mostró por primera vez en 2010.

Bye

La primera película autobiográfica de Ed van der Elsken fue Welkom in het leven, lieve kleine (Bienvenido a la vida, pequeño). Su última película, Bye, es un adiós a la vida. En ella, el fotógrafo ejerce tanto de protagonista como de cámara. En 1988 le diagnostican un cáncer en fase terminal y decide documentar el progreso de su enfermedad y el estrechamiento del mundo a su alrededor. Para él era la única manera de hacer frente a esta experiencia. Bye es un autorretrato personal e íntimo en el que el fotógrafo expresa abiertamente su tristeza, su miedo, su dolor y su ira. También se detiene en otros fotógrafos, en su propia obra y en su familia para surgir como un ser pleno de vida y de humor hasta el mismísimo final.

La exposición ha sido organizada por el Stedelijk Museum de Ámsterdam en colaboración con el Jeu de Paume y Fundación MAPFRE. Nuestra especial gratitud a Anneke Hilhorst y Han Hogeland, Nederlands Fotomuseum Rotterdam, Leiden University Library. Special Collections, Eye Film Museum Amsterdam, Netherlands Instituut voor Beeld en Geluid Hilversum, Annet Gelink Gallery Amsterdam y Paradox Edam.

 

Pies de foto