Un reciente estudio científico ha analizado la relación entre desayuno y riesgo cardiovascular. Los resultados de este trabajo han saltado a los medios destacando algunas de sus conclusiones. Sin embargo no todo es tan sencillo como parece. Vamos a ver con un poco de detalle si efectivamente, como se dice, el desayuno es la comida más importante del día.

TEXTO: Óscar Picazo. Dietista-Nutricionista de Fundación MAPFRE

ILUSTRACIÓN: THINKSTOCK

 

Ninguna ingesta diaria provoca tanto debate a su alrededor como el desayuno. Un reciente estudio parecería haber desterrado de una vez por todas la pregunta acerca de si saltarse la primera comida del día es o no recomendable.

En concreto, se trata de «La importancia del desayuno en la aterosclerosis« publicado en la revista del Colegio Americano de Cardiología. Los resultados forman parte de los avances dentro del estudio PESA (Progresión de la Aterosclerosis Subclínica Temprana) desarrollado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC).

En este artículo se detalla la asociación entre los distintos patrones de desayuno y el estado de las arterias de más de 4.000 trabajadores de una gran entidad bancaria. Se dividió a la población en tres grupos: desayuno muy energético (que aporte más del 20% de las calorías diarias); desayuno poco energético (entre el 5 y el 20% de las calorías) y saltarse el desayuno (menos del 5% de las calorías diarias). Los resultados indican que un 75% de los que se saltan el desayuno presentaban aterosclerosis generalizada, comparado con un 57% en el grupo que hace un desayuno copioso. Pero hay un matiz muy importante: asociación no implica causalidad.

Para entenderlo mejor hay que analizar el tipo de estudio ante el que nos encontramos. Se trata de un diseño transversal, en el que se hace una «foto» de la población analizada en un momento determinado. Se preguntó a los sujetos sobre sus hábitos nutricionales y se comprobó mediante técnicas ecográficas si tenían o no placas en sus arterias. Esto permitió establecer una asociación estadística entre no desayunar y tener más o menos aterosclerosis. Pero no significa que la causa sea no desayunar.

No desayunar está asociado a los hábitos más peligrosos para la salud: sobrepeso, tabaquismo, alcohol e hipertensión

Aunque esto parezca sorprendente, hay que tener en cuenta lo que en epidemiología se llaman «factores de confusión». Se sabe que no desayunar suele ser un indicador de malos hábitos de salud. De hecho, en este estudio se vio que el grupo que no desayunaba presentaba una mayor incidencia de obesidad, hipertensión, consumo de alcohol y tabaco, o de carne roja, factores todos ellos asociados con la enfermedad cardiovascular. Además, no desayunar también podría asociarse a falta de tiempo y estrés o falta de descanso.

Por otra parte, el vínculo causal entre no desayunar y tener un mayor riesgo de aterosclerosis no es inmediato. Al contrario, podría parecer que saltarse una comida reduciría la ingesta calórica en el día y con ello el sobrepeso. Sin embargo, otros estudios no han encontrado diferencias de peso corporal entre los que desayunan o no.

La respuesta podría estar en los ritmos circadianos, esos ciclos hormonales vinculados al día y la noche y por cuyo descubrimiento Hall, Rosbash y Young han recibido recientemente el Premio Nobel de Medicina. Y es que alguna investigación parece apuntar a que romper el ayuno matutino podría mejorar el control hormonal durante el resto del día.

En cualquier caso, preocuparnos de si desayunamos o no tiene poco sentido cuando fumamos, bebemos alcohol frecuentemente, no nos movemos, llevamos una mala dieta o dormimos poco y mal. Mientras tanto la ciencia seguirá avanzando, pero centrémonos en mejorar nuestros hábitos día a día. Y recordemos: no nos quedemos en los titulares, porque asociación no siempre implica causalidad.

 

Correlaciones espurias

A veces parece haber una relación tan clara entre dos hechos, que incluso se pueden representar gráficamente y su evolución en el tiempo es paralela. Sin embargo, podemos encontrarnos ante lo que se llama «correlación espuria», es decir, por azar. Tyler Vigen, un estudiante de la escuela de Derecho de la Universidad de Harvard, ha puesto en marcha una página web en la que reúne las más curiosas y divertidas coincidencias estadísticas. Es, según indica su autor, una llamada de atención ante el uso poco riguroso de la estadística en los medios. Entre otros, Vigen ha encontrado las siguientes asociaciones:

• Consumo per cápita de margarina y tasa de divorcio.
• Consumo per cápita de queso mozarella y doctorados en ingeniería civil.
• Consumo per cápita de pollo e importaciones de crudo en EEUU.
• Personas ahogadas en piscinas y películas de Nicolas Cage.
• Consumo per cápita de queso y personas fallecidas enredadas en sus sábanas.