TEXTO: ÁNGEL MARTOS
La innovación social nace para el bien común, tanto en sus objetivos como en sus procesos. Su misión es la de generar cambios sistémicos frente a las formas de hacer anteriores que crearon precisamente esos problemas que ahora se quieren solucionar. Por último, quiere ser sostenible y escalable, con valor económico tanto como social. Así son los proyectos ganadores de la quinta edición de los Premios Fundación MAPFRE a la Innovación Social. Hablamos con sus protagonistas.
«Si le hubiera preguntado a la gente qué querían, me habrían dicho que un caballo más rápido». Esta es una de las citas más conocidas de Henry Ford, impulsor de la movilidad contemporánea a través del vehículo a motor. Su éxito, que no fue solo el de un producto sino el de toda una filosofía empresarial, es hijo de la innovación. Es decir, de la capacidad para ofrecer soluciones disruptivas, impensables para la mayoría, a problemas del presente. Pero cuando le añadimos el adjetivo social, empezamos a modificar muchos aspectos de ese proceso. La Universidad de Stanford define este tipo de innovación como «una nueva solución a un problema social que es más efectiva, eficiente, sostenible o justa que las actuales soluciones y que genera valor para toda la sociedad, más que únicamente para individuos concretos».
Los proyectos presentados a nuestros Premios Fundación MAPFRE a la Innovación Social tienen como objetivo mejorar la vida de las personas, especialmente en el ámbito de la salud y la prevención; la movilidad segura, sana y sostenible; y la economía sénior. En esta 5ª edición hemos contado con más de 222 proyectos de emprendedores de todo el mundo, de los que fueron seleccionados 9 finalistas de España, Grecia, México, Uruguay, Chile y Brasil.
Entrevistamos a los tres ganadores de esta quinta edición, una gran muestra de la geografía del talento social que Fundación MAPFRE impulsa. Ana (México) es un servicio online que da soporte a cuidadores y familiares de personas con enfermedades crónicas y degenerativas. Lysa (Brasil) es el primer perro guía robot GPS, diseñado para proporcionar autonomía, seguridad y calidad de vida a personas con discapacidad visual. Y Kuvu (España) es una plataforma de alojamiento compartido que fomenta la convivencia entre jóvenes y mayores de 55 años.