Un Clásico de la solidaridad

Son probablemente los dos mejores clubes de fútbol del mundo. Y los protagonistas de una rivalidad deportiva ya mítica que conocemos como «el Clásico». Pero más allá del terreno de juego, Barcelona y Real Madrid son campeones en la educación en valores de niños y adolescentes a través de sus fundaciones. Cuenta, además, con el apoyo de Fundación MAPFRE.

TEXTO: ANTONIA ROJO
IMÁGENES CEDIDAS POR LA FUNDACIÓN REAL MADRID Y LA FUNDACIÓN FC BARCELONA

 

«Balón para Iniesta, Iniesta con Piqué, Piqué círculo central, busca pase por dentro con Rakitić, Rakitić busca hacia atrás, orienta a banda derecha para Sergi Roberto, este busca a Messi, Messi de nuevo con Casimiro, combina con Busquets, Busquets, Rakitić dentro del área, deja pasar para Messi, Messi la mete en una… ¡vaya dribling! ¡vaya eslalon! ¡Pero qué golazo! Gol gol gol… Gol gol gol… Gol, gol, goool…» Así cantaban en el Carrusel Deportivo de la Cadena Ser el tanto que daba la victoria al Fútbol Club Barcelona sobre el Real Madrid (2-3) el pasado domingo 23 de abril, día de San Jordi. Era el minuto 92, el segundo de los tres que había añadido el árbitro al último partido de Liga que los enfrentaba. Un espectáculo futbolístico que ha alcanzado en tiempos de globalización mediática el estatus de referencia deportiva universal.

Ambos equipos se encararon por primera vez en competición el 17 de febrero de 1929, saldado entonces con un 1-2 para el cuadro blanco, aunque en la vuelta la victoria fue para el combinado catalán, por 0-1. Una rivalidad de décadas que ha precipitado este siglo bajo el nombre de «el clásico». El término proviene de la historia cultural y aquí nombra el momento de mayor plenitud futbolística anual. Un evento que apasiona a más de 600 millones de espectadores de 180 países, audiencia que triplica la de la Super Bowl (final de fútbol americano) y que solo es superada como evento deportivo por la final del Mundial (700 millones) y la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos, que supera ligeramente los 1.000 millones.

Pero hay otro clásico protagonizado por ambos equipos, con menos visibilidad y mayor repercusión a largo plazo, jugado en el campo de la solidaridad y la educación, en el que los valores deportivos se vuelven formación para la vida de cientos de miles de niños y niñas de 75 países. Son las escuelas sociodeportivas desarrolladas por las fundaciones del Fútbol Club Barcelona y el Real Madrid, con sendos modelos propios que dotan de contenido el lema blaugrana de ser mucho más que un club y que en palabras del presidente blanco, Florentino Pérez, constituye «una demostración de superación y de entrega». Un partido en el que la Fundación MAPFRE juega como titular en proyectos en ocho países de América y en Filipinas.

Un futuro mejor

Roberto es un niño de 7 años sano y activo, «un campeón goleador», según le describe Fernando López, entrenador del centro sociodeportivo de la Fundación Real Madrid y la ONG Cesal en Oaxaca, México. «Tenía 4 años cuando entró a la escuela. Su madre trabajaba todo el día, por lo que se quedaba al cuidado de la abuela. Fue ella quien acudió a solicitar la inscripción. Lo veía muy triste […], tenía problemas de lenguaje y sobrepeso, otros niños se burlaban de él. Cuando entró era muy inseguro, introvertido, su rendimiento físico era bajo, al patear el balón se caía, se avergonzaba y quería irse; pero siempre se le apoyó para que superara sus miedos». Hoy es un niño sano y feliz: «Perdió totalmente el miedo, sus habilidades futbolísticas son muy buenas. Es muy puntual y participa en todas las actividades. Está realmente muy contento…» Pequeños testimonios de esperanza que en ocasiones escapan al drama, como recuerda Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del Real Madrid C.F. en el periódico digital El Español, sobre su visita a esta escuela mexicana. Una niña integrada en el programa se le acercó y le dijo: «Gracias, porque sé que mi futuro va a ser mejor, no de prostitución…».

La práctica regular de deportes y juegos desde la infancia y durante la adolescencia es esencial para el desarrollo físico, mental, psicológico y social. Según se expone en el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño, los Estados «reconocerán el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes». La participación en actividades deportivas puede fortalecer la salud de la infancia, mejorar el rendimiento escolar y contribuir a reducir el nivel de delincuencia. Según Unicef, es una actividad especialmente beneficiosa para las niñas, pues contribuyen a desmontar los estereotipos de género. Constituye, además, un medio eficaz para llegar a aquellos niños, niñas y adolescentes que a menudo padecen discriminación o exclusión, «como los huérfanos, los discapacitados, los que han sido niños soldados, los niños y niñas refugiados y desplazados, los que han sido víctimas de la explotación sexual, y los niños y niñas de comunidades indígenas».

La participación en actividades deportivas puede fortalecer la salud de la infancia, mejorar el rendimiento escolar y contribuir a reducir el nivel de delincuencia

Respeto, valores y deporte

Ambas fundaciones deportivas declinan estos parámetros y objetivos en forma de metodología registrada. En el caso de la Fundación FCBarcelona, ese patrón se llama FutbolNet, y cuenta con una inversión cercana a a los 10 millones de euros. Su clave es el diálogo: «A través de esta herramienta, los jugadores y jugadoras no sólo entran en relación de respeto y entendimiento mutuo, sino que también adquieren confianza en sí mismos y sentido de responsabilidad», señalan en la web del club. Tras una exitosa implantación local, FutbolNet dio los primeros pasos internacionales en 2012 en Brasil, en una de las favelas más convulsas de Río de Janeiro. Y ha crecido también de la mano de algunas de sus estrellas, como Neymar Jr. en la ciudad carioca y São Paulo, y Leo Messi en las escuelas argentinas de Rosario, hasta llegar a los 55 países y más de 500.000 beneficiarios. La extensión de su éxito habla de su capacidad de adaptación a distintos contextos para trabajar contra la violencia y por la mejora del rendimiento escolar de los niños y, en definitiva, la cohesión social.

En el caso del equipo merengue, el programa se titula ‘Por una educación REAL: Valores y Deporte’, acoge también al baloncesto y tiene más de 10 millones de euros de presupuesto. La metodología pedagógica abunda en el trabajo en equipo, la autoestima, la igualdad, la solidaridad, los hábitos saludables, la motivación y el esfuerzo… «De entre todos los valores del deporte siempre destaco el respeto, el compromiso y el compañerismo que intentamos inculcar a los alumnos, niños y niñas, y la preocupación por mejorar las condiciones de vida de la infancia», ha subrayado Butragueño. A nivel internacional, el programa se traduce en la temporada 2016/17 en 271 proyectos en 75 países y algo más de 35.000 beneficiarios, y cuenta también con la implicación de sus figuras más populares, como Keylor Navas, Jesé, Modric, James, Marcelo o Cristiano Ronaldo.

 

Deporte para leer

En la Fundación Real Madrid el deporte es entendido como vehículo educativo para la transmisión de valores y como canalizador del desarrollo integral de las personas. Una visión que se plasma en el manual Entrenando fútbol, enseñando valores, que ayuda al profesorado de las escuelas sociodeportivas de fútbol en todo el mundo en su formación y su trabajo diario con el alumnado. Otro texto interesante es El partido empieza en casa, donde se hace partícipe a las familias de las líneas básicas sobre las que trabaja la institución: las características básicas de la práctica deportiva educativa y los principios fundamentales que sustentan el proyecto Por una Educación Real: Valores y Deporte. La próxima temporada verán la luz otros materiales lúdico-educativos de uso interno, centrados en esta ocasión en los alumnos y los menores hospitalizados.