Está considerada la fotógrafa chilena más importante de todos los tiempos y es una de las principales figuras de la fotografía latinoamericana.
TEXTO: ALEJANDRA FERNÁNDEZ IMÁGENES: Paz Errázuriz. Colecciones Fundación MAPFRE
Paz Errázuriz (Santiago de Chile, 1944) inicia su carrera en los difíciles e inciertos años 70 de Chile marcados por la llegada de la dictadura de Pinochet y una fuerte represión. Por ello salir a la calle a hacer fotografías era, muchas veces, una actividad de riesgo, riesgo mayor en el caso de una mujer.
A menudo sus proyectos fotográficos suponen una transgresión de las reglas del régimen político de aquella época, por atreverse a trabajar en ambientes donde las mujeres no eran bien recibidas. Sus imágenes muestran espacios y entornos en los que predomina la marginación y el encierro y sus personajes adoptan comportamientos que se sitúan fuera de lo convencional y el orden establecido.
La mirada valiente de esta artista destaca por mostrar a través de sus retratos a personas desprotegidas que dormían al raso, hombres y mujeres recluidos en psiquiátricos, miembros de circos pobres, o travestis perseguidos por la policía, los aspectos más ocultos de la cotidianidad chilena, todo ello fruto de un método de trabajo que se basa en la convivencia con los individuos retratados desde la confianza y el respeto mutuo.

Galardonada por su trayectoria
En 2017, Paz Errazuriz fue distinguida en su país con el Premio Nacional de Artes Plásticas, un reconocimiento que se ha unido a otros importantes que ha recibido en los últimos años, como el premio de fotografía Madame Figaro-Rencontres de’Arles otorgado en el marco del festival francés del mismo nombre, uno de los más importantes en esta disciplina a nivel mundial o el premio PHotoEspaña 2015, por todo su carrera. Además, fue representante de su país en la Bienal de Venecia, junto a Lotty Rosenfeld, y recibió el Premio PhotoEspaña, por toda su carrera.
La colección
En 2017, Fundación MAPFRE adquirió 170 fotografías de la artista chilena, la mayor colección existente sobre la fotógrafa en el mundo, compuesta por imágenes tomadas a lo largo sus cuarenta años de dilatada trayectoria.

Abarca desde sus primeras obras, de mediados de los años setenta, como la serie Dormidos, que refleja a aquellas personas que pasaban sus días a la intemperie, durmiendo sobre el suelo, malviviendo, sumidos en la indigencia: las imágenes registradas muestran una perspectiva nada heroica de Chile en aquellos años, inmersos en la pobreza; hasta sus series más recientes, Muñecas, Frontera Chile-Perú, comenzada en el año 2014, imágenes en color de su incursión en un prostíbulo al norte de Chile que dan continuidad a la Serie Prostíbulos, y La manzana de Adán, también incluidas en la colección de la Fundación.
Además, en la colección se encuentran series como Infarto del Alma, Protestas, Mujeres de Chile, La luz que me ciega, Los nómadas del mar, o Boxeadores, entre otras.

Miss Piggy II, Santiago, de la serie El circo, 1984
De entre las 170 obras de la colección podemos destacar dos fotografías, Miss Piggy II, 1984, perteneciente a El Circo. En esta serie se retratan momentos de la vida diaria, anodina o no , de circos pobres, de aquellas personas que malviven en las barriadas de las ciudades sin contar con el apoyo de grandes anuncios o reclamos espectaculares.
Y la segunda fotografía es Evelyn I, de la serie La manzana de Adán, 1987, en la que la chilena vuelve a mostrar la cotidianidad de sus retratados, en esta ocasión hombres que se travestían y prostituían en distintos burdeles de Santiago y Talca. Son imágenes de la calle, de los preparativos de la noche y de las diferentes habitaciones en que posan en la cama como odaliscas.
Cuando la minoría es mayoría
Paz Errázuriz revierte el termino minoría. En la sociedad que ella capta con su cámara los privilegiados son minoritarios y el resto son mayoría. Para ella, sus personajes no son marginales, están llenos de dignidad y de naturalidad, ríen, disfrutan, viven. Sus imágenes no clasifican, no discriminan. La fotógrafa convive con sus retratados creando el clima de confianza y respeto necesario para sacar de ellos toda su individualidad, sus sentimientos, la afirmación en medio de la exclusión.
