Carlos Pérez Siquier: cerrar en blanco y negro, abrir en color

La exposición que Fundación MAPFRE presenta en sus salas de Madrid dedicada a la obra de Carlos Pérez Siquier (Almería, 1930-2021), y que puede visitarse desde el 1 de junio y hasta el 28 de agosto de 2022, nos permite acercarnos a un artista fundamental en el desarrollo de la modernidad fotográfica y la profesionalización del medio en España.

TEXTO: ÁREA DE CULTURA DE FUNDACIÓN MAPFRE

Una de las características más señaladas del trabajo de Pérez Siquier es la de haber mantenido, desde el comienzo de su trayectoria en la década de 1950, su condición de artista periférico, pues vivió toda su vida en su Almería natal. Sin haberse trasladado nunca a los grandes centros de producción de nuestro país como Madrid y Barcelona, Pérez Siquier se convirtió en una figura fundamental en la fotografía española, en contacto continuo con otros autores del momento como Joan Colom, Xavier Miserachs o Ricard Terré. Además, el autor se convirtió en el catalizador del colectivo fotográfico más influyente de su momento, el Grupo AFAL (1965-1963), que se reunió en torno a la revista homónima y no dudó en provocar con su obra intensas rupturas que iban a contracorriente de su tiempo.

Desde Almería, un espacio limítrofe y lejano, Pérez Siquier creó, a lo largo de más de sesenta años, un corpus fotográfico que se adentra de manera tangencial y, al tiempo, de modo profundo y mordaz en los debates de la época. Por sus series discurren la periferia social, las alteraciones visuales surgidas del desarrollismo franquista o el choque cultural producido por la llegada masiva del turismo foráneo a España y la penetración de un modo distinto de mirar. Esta nueva cultura visual, colorista y sensual, condensada tras el lema Spain is Different, vino a sustituir superficialmente el trauma posbélico en las costas del país. Además, la exposición presenta también el repliegue de los últimos años del autor hacia ámbitos más personales.

La exposición Pérez Siquier se plantea, así, como una amplia retrospectiva que recorre sus series más señaladas, realizadas entre 1957 y 2018. Con esta muestra Fundación MAPFRE pretende impulsar el reconocimiento internacional de una figura que fue merecedora del Premio Nacional de Fotografía en 2003.

Mirar al mundo desde una esquina: La Chanca y La Chanca en color (1957-1965)

Las imágenes que conforman «La Chanca» representan el paradigma de toda una época en la que el humanismo fotográfico se entrelaza con los intereses de la novela social o de la crónica de viajes que la mejor literatura española del momento estaba desarrollando, de Rafael Sánchez Ferlosio a Camilo José Cela o, muy especialmente en este caso, Juan Goytisolo. Al igual que el texto La Chanca, de Goytisolo, algo posterior a la obra de Pérez Siquier y censurado en España hasta 1981, la serie se adentra en el barrio almeriense poblado por un subproletariado urbano que habita una peculiar arquitectura. El fotógrafo trata por un lado de describir y, por otro, de dignificar un modelo de vida y de sociabilidad urbana seculares, anteriores al gran éxodo rural que llenará de barriadas obreras las grandes capitales españolas.

El propio fotógrafo, ya en la década de 1960, afila su discurso mediante «La Chanca en color». Un cambio que procede de una asociación visual con el desarrollismo y el optimismo construido e impuesto a partir de los años sesenta por el régimen franquista.

La Chanca, Almería, 1958
Copia posterior, plata en gelatina
© Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022

Informalismos (1965)

El interés por el color que había iniciado con La Chanca a color se desarrolla en los años siguientes. Es el caso de Informalismos serie en la que Siquier captura las paredes desconchadas de las casas y los muros de las cuevas del barrio. El Ayuntamiento de Almería había decidido intervenir en La Chanca, pues el subdesarrollo no casaba con la imagen de modernidad que se quería fomentar de cara al turismo. Esta operación de higiene arrasó parte de las infraviviendas de la zona alta del barrio, de modo que quedaron a la intemperie algunos de sus muros interiores.

Estos paramentos aislados, fragmentados, con sus sedimentos de color, enlazan con el informalismo pictórico, o con la búsqueda de la pura abstracción hacia la que Siquier tiende desde ese momento, buscando las formas autónomas y la valoración de los colores planos. Abstracción, pero en el contexto de un barrio en peligro de derribo.

El cuerpo abstracto del Mediterráneo: La playa (1972-1996)

Como fotógrafo contratado por el Ministerio de Información y Turismo, Pérez Siquier emprende diversos viajes a través del litoral español para obtener imágenes que serán destinadas a la promoción turística. Algunas de ellas se exponen en forma de carteles y folletos que tienen el sabor de una época en la que despega esa industria bajo la promesa de sol y playa. Junto a esas fotografías que serán utilizadas como pantalla de la apertura económica del régimen para vender una España coloreada, libre y “cosmopolita”, Pérez Siquier tomará numerosas escenas del aspecto más carnal del nuevo turismo y su colonización de las playas desde una nueva cultura visual y moral que alienta la ironía sobre las paradojas del país en las décadas de 1960 y 1970.

En su conjunto, «La playa» emana sentido del humor, un contenido de gusto surrealista, una celebración del volumen corporal y la vida que destila y una mirada fina hacia una cotidianidad distinta, basada en la relajación de las normas morales impuesta entre los bañistas. Ese punto de vista vincula la obra de Pérez Siquier al arte pop de artistas plásticos como Tom Wesselmann, John Kacere o Joan Rabascall. Y, de manera sorprendente y poco señalada hasta el momento, precede en varios años a la obra en color de Martin Parr, según ha reconocido el propio fotógrafo británico. Pocos se atrevían en ese momento con la fotografía en color, pocos lograban encontrar una voz propia con este nuevo medio que parecía quitar toda la poesía a la tradición del blanco y negro. Esto convierte a Pérez Siquier en un verdadero pionero a nivel mundial.

La Chanca, 1963
Colecciones Fundación MAPFRE
© Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022

Humor y perplejidad: Trampas para incautos y Color del sur (1980-2012)

El interés por las superficies que aparece en «La Chanca en color» se desarrolla plenamente en estas series, donde Pérez Siquier parece recorrer un mundo crecientemente superficial, poblado por representaciones alternativas de la realidad, escenarios de aparente cartón piedra donde lo cotidiano se congela en escaparates, maniquíes, figuras de feria, parasoles ilustrados o enseñas publicitarias. Como inmersas en un universo paralelo, estas escenas producen un peculiar efecto de extrañamiento pues captura motivos que normalmente, por su banalidad suelen pasar desapercibidos. El uso de un color saturado, sitúa los motivos en un entorno irreal, despoblado, ajeno e incluso hostil, en ese sentido, su obra se vincula a los intereses de la aparición del kitsch en la cultura contemporánea y del hiperrealismo norteamericano. En el ámbito estrictamente fotográfico, se trata de la serie en la que Pérez Siquier se encuentra más cerca de las propuestas desarrolladas en la década de 1970 por Luigi Ghirri o William Eggleston.

El silencio tardío: La Briseña (2018)

Como contrapunto y referencia final al trabajo más reciente de un fotógrafo que siguió en activo durante sus últimos años, cuando contaba con casi noventa, la exposición se cierra con la serie «La Briseña», que sugiere un repliegue hacia el interior. Del mismo modo que los coloridos exteriores de la arquitectura vernácula protagonizaban «La Chanca» en color seis décadas atrás, en sus últimas obras el encuadre lo ocupa el interior de su residencia veraniega, situada en el desierto almeriense. Un pequeño cortijo que da nombre a la serie y que toma su denominación de los vientos que recorren ese paisaje. La materialidad del encalado de las paredes y la presencia de objetos aparentemente insignificantes indican un proceso introspectivo, una reivindicación de la identidad material del territorio que le era más querido, así como un aliento poético que aporta una luz nueva sobre su obra y parece recoger todos sus intereses anteriores en un espacio limitado y desde una mirada íntima, cargada de una luz templada.

S/T 1965
© Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022
Cádiz, 1980
© Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022
Marbella, 1974
 © Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022
La Chanca, Almería, 1957
© Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022
La Chanca, Almería, 1957
© Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022
La Chanca, Almería, 1957
© Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022