Producida por Fundación MAPFRE y comisariada por Peter Galassi, conservador jefe
del Departamento de Fotografía del Museo de Arte Moderno de Nueva York desde
1991 a 2011, la exposición que presentamos a continuación es la primera retrospectiva
del famoso fotógrafo húngaro organizada desde el año 2000 (Centro Pompidou) y la
primera que tiene lugar en España desde 1993.
TEXTO: ÁREA DE CULTURA DE FUNDACIÓN MAPFRE
Cuenta con el préstamo excepcional del Estate Brassaï Succession (París) y con otros préstamos procedentes de algunas de las más importantes instituciones y colecciones particulares de origen norteamericano y europeo: The Art Institute of Chicago, The Museum of Fine Arts (Houston), The Metropolitan Museum of Art (Nueva York), The Museum of Modern Art (Nueva York), el Musée National d’Art Moderne, Centre Pompidou (París), The Philadelphia Museum of Art, The San Francisco Museum of Modern Art, David Dechman y Michel Mercure, ISelf Collection (Londres), y Nicholas y Susan Pritzker. Tras su paso por la Casa Garriga Nogués de Barcelona, del 20 de febrero al 13 de mayo, la muestra recalará primero en la madrileña sala Fundación MAPFRE Recoletos (del 31 de mayo al 2 de septiembre de 2018) y a continuación en el San Francisco Museum of Modern Art (SFMOMA) (del 17 de noviembre de 2018 al 17 de febrero de 2019).
Brassaï (pseudónimo de Gyulá Halász) nació en 1899 en Brassó, Transilvania. Tras estudiar arte primero en Budapest y después en Berlín, se trasladó a París en 1924 para dedicarse a la pintura. Pero muy pronto encontró una fuente de ingresos estable en la venta de artículos, caricaturas y fotografías a periódicos y otros medios ilustrados, y dejó a un lado el dibujo y la pintura (disciplinas por las que, no obstante, seguiría sintiendo una gran devoción y que iría retomando a lo largo de su vida). Obtuvo enseguida un gran reconocimiento por esta labor, y entonces, con la idea de conservar su nombre auténtico para sus pinturas, empezó a firmar sus caricaturas y fotografías como «Brassaï», es decir «de Brassó». Así fue cómo empezó a fotografiar en 1929; primero con la cámara prestada de una amiga, pero pronto adquirió la suya propia, una Voigtländer Bergheil, con negativos de placa de vidrio de 6,5 x 9 cm. Durante la década de 1930 mantuvo una intensa actividad. También conoció y trabó amistad con gente que sería muy importante en su vida, como Henri Michaux, Pablo Picasso, Eugène Atget, André Kertész, Georges Ribemont-Dessaignes, Maurice Raynal o Tériade.
La ciudad de París se convirtió en el tema principal de su trabajo: su tejido físico, su día a día, y especialmente su apariencia y su vitalidad nocturnas. Su extraordinario tratamiento de la luz y la sutilidad de los detalles capturados en sus imágenes le hicieron célebre; con estas herramientas, Brassaï logró instantáneas de tal potencia y capacidad evocadora que se convertirían en verdaderos iconos culturales, símbolos de una época, y testimonios de su irresistible fascinación por la capital francesa. Su obra alcanzó enseguida un incuestionable reconocimiento en los círculos de la fotografía artística, aunque también en la industria turística y los circuitos fotográficos comerciales (por ejemplo, desde 1934 hasta 1937 trabajó intensamente fotografiando exhibiciones y salones de peluquería, principalmente por encargo de revistas).
El 12 de junio de 1940, dos días antes de que el ejército alemán entrara en París, Brassaï abandonó la ciudad. Pero regresó en octubre, y permaneció allí durante el resto de la ocupación. Habiéndose negado a colaborar con los alemanes, le resultó imposible fotografiar abiertamente, así que el encargo de Picasso de fotografiar sus esculturas en su estudio de la calle Grands-Augustins se convirtió en su única fuente de ingresos. Además, y tras un paréntesis que había durado veinte años, Brassaï volvió a dibujar y a esculpir, y empezó a explorar su notable talento como escritor. Desde este momento, la fotografía ya no volvería a ser su única actividad y su trabajo dejó de estar dirigido por su fascinación por el mundo de la noche parisina.
En abril de 1945 conoció a Gilberte-Mercédès Boyer, veinte años más joven que él. Se casaron tres años más tarde. También es en ese momento cuando reorganizó su archivo: definió cuarenta y dos categorías temáticas, tales como Nuit [Noche], Plaisirs [Placeres] y Étranger [Extranjero], en base a las cuales asignó a cada negativo un número y un prefijo de una o dos letras. Además, por numerosos encargos de la revista norteamericana Harper’s Bazaar volvió a dedicar parte de su tiempo a la fotografía y a viajar regularmente (Edimburgo, España, Marruecos, Italia, Grecia, Turquía, son algunos de los lugares que visitó durante estos años).
La ciudad de París se convirtió en el tema principal de su trabajo: su tejido físico, su día a día, y especialmente su apariencia y su vitalidad nocturnas
A principios de la década de 1950 ya era un fotógrafo plenamente reconocido. En 1955, el Art Institute of Chicago acogió la primera de sus exposiciones individuales en un museo estadounidense, que después itineraría por otras ciudades norteamericanas. Un año después, el Museum of Modern Art de Nueva York inauguró Language of the Wall. Parisian Graffiti Photographed by Brassaï. La Bibliothèque nationale de París le dedicó una exposición retrospectiva en 1963, Brassaï.
Su trabajo era reconocido como una de las piedras angulares del nacimiento y evolución de una nueva tendencia en la práctica fotográfica entre las dos guerras mundiales. Los líderes de este nuevo movimiento habían descubierto el potencial de las escenas cotidianas, recuperando la concepción de la fotografía como medio creativo, generador de imágenes de una fuerte evocación poética y visual que trascendía su carácter meramente documental.
Así, alejados de la emulación de las artes tradicionales propia de la fotografía de principios de siglo, estos fotógrafos pusieron de relieve el potencial artístico de la disciplina. Y cuando esta tradición empezó a ser celebrada en los años setenta, el trabajo de Brassaï fue reconocido como uno de sus grandes referentes, convirtiéndose en figura fundamental de la historia de la fotografía del siglo XX. Fue nombrado Chevalier des Arts et des Lettres de la Légion d’Honneur en 1973, e invitado de honor en los Rencontres Internationales de la Photographie d’Arles, junto a Ansel Adams y Bill Brandt, en 1974.
Murió en Beaulieu-sur-Mer (Francia) en 1984, sin haber regresado nunca a su país natal. Está enterrado en el cementerio de Montparnasse.
La presente exposición recorre su trayectoria a través de más de doscientas piezas (fotografías de época, varios dibujos, una escultura y material documental) agrupadas en doce secciones temáticas, de las que la noche parisina de los años treinta es la gran protagonista.
París de noche
En 1932 se publicó Paris de nuit, libro ilustrado con fotografías de la noche parisina tomadas por un joven y aún desconocido Brassaï. Tuvo un gran éxito, a pesar de no incluir algunas de las mejores escenas nocturnas del artista (muchas de ellas se publicarían con posterioridad). Sus ricos fotograbados y páginas sin márgenes conferían a su diseño una gran modernidad. Un ejemplar de época se exhibe en la presente muestra, junto a una treintena de fotografías que ilustran el pulso dinámico y vibrante de la noche parisina, y que son ya buena muestra del estilo directo y franco que el artista mantendría el resto de su vida.
Placeres
Cuando Brassaï organizó su archivo tras la Segunda Guerra Mundial, bajo el título de Plaisirs agrupó los subtemas relacionados con los bajos fondos de París: mafiosos, prostitutas, locales nocturnos… muy alejados de las convenciones propias de la clase burguesa. Reunió una abultada colección de imágenes de lugares de entretenimiento, desde bares hasta ferias populares, y de las personas que los frecuentaban. Pero estas imágenes presentan, a la vez, una realidad y un mito de la noche parisina: «Estaba ansioso por penetrar en ese otro mundo, ese mundo en los márgenes, el mundo secreto, siniestro, de los mafiosos, los marginados, los tipos duros, los chulos, las prostitutas, los drogadictos, los invertidos. Equivocado o no, yo sentía en ese momento que este mundo subterráneo representaba el París menos cosmopolita, el más vivo y más auténtico, que en estas facetas pintorescas de su inframundo se había conservado de generación en generación, casi sin alteraciones, el folklore de su pasado más remoto» (Brassaï, 1976).
París de día
Nadie fotografió París de noche tan acertadamente como Brassaï, pero también puso su atención en la cotidianeidad de la ciudad a la luz del día. Monumentos, rincones pintorescos y detalles de la vida diaria protagonizan gran parte de estas escenas. Algunas de sus fotografías de los años treinta también reflejan su interés por los estilos geométricos o los recortes abruptos, que con frecuencia encuentra en la arquitectura y el entorno urbano.
Grafitis
La valorización del grafiti como poderosa forma artística empezó a aflorar en el siglo XX. Como los objetos tribales de África, el arte de los niños o el de enfermos psiquiátricos, el grafiti se consideraba más expresivo y vital que otras formas refinadas del arte occidental tradicional.
Brassaï fue, de hecho, uno de los primeros en abrazar esta temática. Acumulador empedernido, durante su vida coleccionó toda clase de objetos abandonados, y en cuanto empezó a realizar fotografías puso su mirada en los grafitis que encontraba en las paredes de París. Así llegó a tomar cientos de ellas, de las que aquí solo se presenta una pequeña muestra.
Tenía preferencia por aquellos grafitis que habían sido grabados o arañados —más que dibujados o pintados— y en los que las irregularidades de la propia pared desempeñaban un papel importante en términos estéticos.
Su trabajo era reconocido como una de las piedras angulares del nacimiento y evolución de una nueva tendencia en la práctica fotográfica entre las dos guerras mundiales
Minotaure
Entre su llegada a París a principios de 1924 y sus comienzos en la fotografía seis años más tarde, Brassaï creó un amplio círculo de amigos en el seno de la comunidad internacional de artistas y escritores de Montparnasse. Entre ellos se encontraban Les Deux Aveugles (Los dos ciegos), como se denominaban a sí mismos los críticos de arte Maurice Raynal y el griego E. Tériade.
En diciembre de 1932 —el mismo mes en que apareció Paris de nuit— Tériade invitó a Brassaï a fotografiar a Picasso y sus estudios para ilustrar el primer número de Minotaure, la lujosa revista de arte que aparecería en junio de 1933 impulsada por el editor suizo Albert Skira y de la que se exponen aquí varios ejemplares. Esta colaboración supuso el punto de partida de su amistad con Picasso, una de las más importantes de su vida.
Durante los años siguientes el fotógrafo gozaría de un papel prominente en la publicación. Su primer número incluyó una serie de desnudos y la incipiente serie de grafitis, mientras que el número siete dedicaba varias páginas a sus imágenes nocturnas. Estas creaciones son un buen reflejo de la modernidad del artista y de su vinculación con los círculos más importantes de la vanguardia parisina.
Personajes
En 1949, en el prólogo para Camera in Paris, una monografía dedicada a fotógrafos contemporáneos, el propio Brassaï, parafraseando a Baudelaire en el «Pintor de la vida moderna», trató de establecer una línea de continuación entre el arte de los fotógrafos y algunos de los mejores artistas del pasado como Rembrandt, Goya o Toulouse-Lautrec.
En este sentido explicaba cómo, al igual que aquellos, la fotografía es capaz de elevar los motivos retratados al mismo nivel que la pintura, pues a través de un conjunto o serie de instantáneas, el fotógrafo puede plasmar motivos de carácter universal y no simples individuos. Desde un trabajador del Mercado de Les Halles hasta un personaje travestido o un cofrade en Sevilla, todos los personajes presentes en las imágenes de esta sección muestran esa idea: en su dignificación, exceden su individualidad para pasar a representar a todo un colectivo.
Lugares y cosas
Uno de los proyectos tempranos de Brassaï que finalmente nunca llevó a cabo, fue un libro de fotografías de cactus. Mucho después, en 1957, haría un cortometraje sobre animales. Pero normalmente los intereses de Brassaï en lo que respecta a objetos y lugares se centraron en creaciones humanas, reflejando una curiosidad inquebrantable sobre la gente que las creó, las utilizó o las habitó.
Durante sus viajes realizó numerosas fotografías de las que aquí podemos ver una muestra: una perspectiva de la Sagrada Familia de Gaudí desde una posición elevada, un muro pintado en el Sacromonte granadino o un escaparate en Nueva Orleans.
Sociedad
Esta sección reúne una veintena de fotografías en su mayoría tomadas en eventos y veladas de la alta sociedad. Banquetes, bailes, recepciones, celebrados en la década de los años treinta. Brassaï gozó de una buena reputación social y profesional. Durante la ocupación, pasó mucho tiempo en bares y cafés, donde empezó a escribir fragmentos de conversaciones que escuchaba sin modificar después, dejando, al igual que en sus fotografías, que los personajes surgieran, como él mismo señaló, «bajo su propia luz».
Cuerpo de mujer
La mayoría de los dibujos que se conservan de la estancia de Brassaï como estudiante de arte en Berlín en 1921-1922, al igual que la mayoría de los que hizo en los años cuarenta, son desnudos femeninos. Lo mismo sucede con muchas de las esculturas que empezó a realizar después de la guerra a partir de piedras erosionadas por efecto del agua.
Normalmente, para este tipo de fotografías Brassaï se trasladaba a la casa o estudio del personaje en cuestión, aunque en el resultado final dicho espacio pasaba prácticamente desapercibido. Modelo y fotógrafo se enfrentan con total honestidad y, en el caso de los desnudos, con una fuerte presencia carnal que evoca las formas volumétricas de la escultura.
Retratos: artistas, escritores, amigos
«Obligar al modelo a comportarse como si el fotógrafo no estuviese allí es verdaderamente hacerle representar una comedia. Lo natural es no escamotear esa presencia. Lo natural en esta situación es que el modelo pose honestamente» (Brassaï, nota sin fecha).
Pablo Picasso, Salvador Dalí, Henry Miller —quien acuñaría la expresión «The eye of Paris», el ojo de París, en referencia a Brassaï—, Pierre Reverdy, Jacques Prévert, Henri Matisse, Léon-Paul Fargue… son solo algunos de los protagonistas de los retratos que podemos contemplar en esta sección. La mayor parte de los retratos que hacía Brassaï eran de gente a la que conocía y el resultado, quizá por esa cercanía, es de gran serenidad. Pero incluso cuando retrataba a modelos que no conocía, y el objetivo no era tanto hacer un retrato como representar un cierto tipo social, el artista les confiere una dignidad que convierte al motivo representado en un personaje distintivo.
Sueño
La espontaneidad no fue un aspecto que realmente interesara a Brassaï, y para demostrarlo realizó entre 1932 y 1937 estas imágenes de personas durmiendo en lugares públicos. Instantáneas en las que seguramente el artista podía recrearse y tomarse su tiempo antes de captar la escena. Fotografías de la vida cotidiana en las que Brassaï sigue trabajando particulares puntos de vista y su gusto por los recortes, como reflejan Montmartre (1930-1931) o la extraña Marsella (1935-1937).
La calle
El trabajo de Brassaï para Harper’s Bazaar le llevó a recorrer Francia y muchos otros lugares, desde España hasta Suecia, Estados Unidos y Brasil. Así pues, aunque su talento hundía sus raíces en París, amasó una amplia colección de fotografías tomadas en lugares que le eran poco familiares. En esta sección se muestran varias de estas imágenes, tres de ellas tomadas en España.
Pies de foto
- Brassaï. At Magic City. c. 1932. Estate Brassaï Succession, Paris © Estate Brassaï Succession, Paris
- Brassaï, Bal des Quatre Saisons, Rue de Lappe. c. 1932 Brassaï Estate, Paris ©Brassaï Estate, Paris
- Brassaï .Streetwalker, near the place d’Italie. 1932. Estate Brassaï Succession, Paris © Estate Brassaï Succession, Paris
- Brassaï . Extinguishing a Streetlight, rue Émile Richard. c. 1932. Estate Brassaï Succession, Paris © Estate Brassaï Succession, Paris
- Brassaï. View through the pont Royal toward the pont Solférino. c. 1933 Estate Brassaï Succession, Paris © Estate Brassaï Succession, Paris
- Brassaï. Montmartre. 1930-31. Estate Brassaï Succession, Paris © Estate Brassaï Succession, Paris
- Brassaï. Concierge’s Lodge, Paris. 1933 . Estate Brassaï Succession, Paris © Estate Brassaï Succession, Paris