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ALSA, con su programa de prevención de riesgos viales que ha llamado World Class Driver,  ha recibido el premio de Fundación MAPFRE a la Mejor iniciativa en Prevención de Accidentes.

TEXTO: ÁNGEL MARTOS

 

La figura del conductor profesional se ha convertido en la última década en territorio de ocupación. Bien sea por la disrupción de la economía colaborativa, con las app de viaje compartido, bien por la revolución tecnológica, con la anunciada llegada de los vehículos autónomos, la de conductor es una profesión en disputa: o amateur o robot.

La empresa de transporte ALSA ha encontrado su tercera vía basada en el empoderamiento de sus profesionales a través de la seguridad de la conducción. El autobús es ya el modo de transporte por carretera más seguro. El informe de la Rail Safety and Standards Boards Limited expone que el riesgo de sufrir un accidente mortal en autobús es casi 6 veces menor que si viajáramos en automóvil, 48 veces menor que si el desplazamiento lo realizáramos en bicicleta, 108 veces menor que si lo hacemos como peatones o 321 veces menor que si lo hiciéramos en motocicleta. ¿Cómo mejorar esa estadística? Con un programa de prevención de riesgos viales que ha llamado World Class Driver, y que ha recibido el premio de Fundación MAPFRE a la Mejor iniciativa en Prevención de Accidentes. Para Jorge Cosmen, presidente de la compañía, apostar por la seguridad «es la mejor forma de dar servicio a nuestros clientes».

¿Cuántas veces viaja al año en autobús?

Cada mes y medio procuro coger uno, interurbano. Y urbano bastantes veces, en Londres o en Madrid.

Cuando se es el modo de transporte por carretera más seguro, ¿cómo se consigue mejorar aún más?

En ALSA contamos con un grupo de personas maravillosas, empezando por los conductores, que son los que tienen la responsabilidad de aplicar todas esas normas preventivas y activas en la seguridad para hacer que todo se desarrolle de la mejor manera posible. Es un tema que está en nuestro ADN.

¿Qué tipo de acciones se pueden promover?

Hay medidas concretas, como la campaña en el uso del cinturón en autocares impulsada por Fundación MAPFRE, por ejemplo, en la que hemos participado activamente. El uso del cinturón en el vehículo privado ha cambiado en los últimos 20 años, y lo mismo está ocurriendo en el transporte colectivo de personas en autobús. Esto llevará su tiempo, pero hay que tener el convencimiento y persistir con ese fin.

Los usuarios seguimos siendo difíciles, ¿no?

Lo que es difícil suele ser cambiar de hábitos, algo que viene sobre todo del convencimiento. Por eso es tan importante el desarrollo de la cultura vial en España, que ha evolucionado mucho gracias a instituciones como Fundación MAPFRE y a su labor de reconocimiento de aquellas personas e instituciones que se preocupan de que el transporte en nuestro caso sea más seguro.

¿Cómo nació vuestro programa de seguridad en la conducción World Class Driver?

Hace años, cuando la seguridad vial empezó a reducir los niveles de siniestralidad, en ALSA quisimos ir un paso más allá y el equipo directivo puso en marcha un plan global que se llama Eliminando Riesgos, que acoge varios proyectos. Uno de ellos es el World Class Driver, que tiene como objetivo fundamental que los conductores de ALSA sean los más seguros que existan. También queríamos que sirviera de referentes para otras empresas del sector.

ALSA está presente en varios países. ¿Puede aplicar la misma política de seguridad en todos los mercados en los que está implantada?

A veces es difícil, pero no podemos hacer diferencias de seguridad por diferencias geográficas. Los hábitos de conducción en Marruecos, por ejemplo, son diferentes a los que pueda haber en España o en Norteamérica, pero eso no es disculpa para que los requisitos, las exigencias que nos imponemos sean las mismas, porque al final somos todos personas.

El objetivo es que los conductores de ALSA sean los más seguros que existan

El importe del premio va a ir destinado, precisamente, a sus actividades de educación vial en el país norteafricano.

Sí, allí estamos presentes desde hace casi 20 años y creemos que trabajar junto con los colegios en Marruecos para aumentar la seguridad vial, formando a los niños, a los profesores, puede ayudar a cambiar ciertos hábitos. También es una forma de devolver a la sociedad marroquí parte de lo que a nosotros nos da como empresa que prestamos allí un servicio.

¿Cuándo veremos un vehículo ALSA sin conductor humano?

Estamos colaborando en varios programas con varios fabricantes mundiales relacionados con el vehículo eléctrico y con la conducción autónoma. Trabajamos en el desarrollo de estos prototipos y en España tenemos un sistema que puede estar muy avanzado. Pero luego nos enfrentamos al reto de la infraestructura y la legislación.

Las empresas invierten cada vez más en seguridad y, a la vez, los consumidores se echan en brazos de conductores no profesionales en aras de la llamada economía colaborativa. ¿No resulta paradójico?

Todo lo que se llama la economía colaborativa tiene dos ángulos: el desarrollo de la tecnología, que permite dar un mejor servicio con la geolocalización, y luego está el campo regulatorio. La tecnología es algo en lo que las empresas debemos invertir para poder dar al cliente el mejor servicio, sin duda alguna. Pero luego el campo de juego debe ser igual para todos. En ese sentido, creemos que la seguridad y la formación de las personas que van a conducir sí debe ser de alguna manera común para todos. Pensamos que en estos momentos hay diferencias muy notables que tenderán a una homogeneización, y llevará su tiempo.

JURADO

PRESIDENTE  

José Manuel Inchausti Pérez

VOCALES

Antonio Guzmán Córdoba, Director del Área de Promoción de la Salud de Fundación MAPFRE, Gregorio Serrano López, Director general de Tráfico, Teófilo de Luis Rodríguez, Presidente de la Comisión de Seguridad Vial y Movilidad Sostenible del Congreso de los Diputados, Gary Smith, Presidente de Child Injury Prevention Alliance (CIPA), Inés Ayala Sendar, Diputada del Parlamento Europeo, miembro de la Comisión de Transportes, Hermann de Croo, Presidente del European Transport Safety Council

VOCAL SECRETARIO

Jesús Monclús González